LA PENALIDAD POR ROBO DE VEHÍCULOS EN MORELOS
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Viernes 06 de diciembre de 2024
La propuesta de la diputada Jazmín Solano López, presidenta del Congreso local, de endurecer la penalidad por robo de vehículos en Morelos, con penas de prisión de entre 25 y 35 años y multas de hasta 10 mil UMA, plantea una discusión significativa sobre la efectividad de las penas severas como disuasivo del crimen.
Por una parte, aquellos que apoyan esta reforma argumentan que un incremento tan drástico en las penas podría actuar como un fuerte desincentivo para los potenciales delincuentes, especialmente en una región donde el robo de vehículos ha sido un problema persistente. La idea es que la amenaza de pasar una gran parte de la vida en prisión podría hacer pensar dos veces a los individuos antes de cometer este delito, posiblemente reduciendo la incidencia de robos de vehículos. Además, las multas elevadas pudieran ser vistas como una medida adicional para compensar el daño económico causado a las víctimas.
Sin embargo, hay quienes cuestionan la efectividad de este enfoque punitivo. Expertos en reinserción social sostienen que las penas largas no necesariamente reducen las tasas de criminalidad, ya que otros factores como la pobreza, la falta de educación y oportunidades laborales podrían tener un mayor impacto en la predisposición a delinquir. Existe evidencia en varios estudios criminológicos que sugiere que la severidad de la pena no es tan disuasiva como la certeza de ser capturado y juzgado. Por lo tanto, enfocarse en mejorar la eficacia de las fuerzas del orden y el sistema judicial sería más efectivo que simplemente aumentar las penas.
Otro punto de vista considera los aspectos humanitarios y de justicia social. Aumentar las penas a este nivel repercutiría en un sistema carcelario sobrecargado, con mayores costos de mantenimiento para el estado y sin garantías de rehabilitación para los delincuentes. La rehabilitación y reintegración, en lugar de la mera punición, son aspectos clave de un sistema penal moderno que busca no solo castigar sino también corregir y prevenir el delito a largo plazo. Las penas extremadamente largas podrían ser vistas como desproporcionadas, especialmente si no se acompañan de reformas en el sistema penal que garanticen la rehabilitación y una verdadera oportunidad de reintegración social.
Por lo demás, es importante considerar cómo esta reforma afectará la percepción y la confianza pública en el sistema de justicia. Si bien algunas personas se sentirían más seguras con penas más severas, otras podrían ver esto como un signo de que el estado está más interesado en el castigo que en soluciones integrales a la inseguridad. La implementación de esta reforma debería ir acompañada de medidas complementarias como programas de prevención del delito, mejoras en la educación, y oportunidades económicas para abordar las raíces del crimen. Sin estas acciones paralelas, el aumento de penas será percibido como una medida superficial que no aborda las causas subyacentes del robo de vehículos.