LA POLICÍA MUNICIPAL SE LA RIFÓ
OPINIÓN
Por Jorge Messeguer Guillén
Lunes 27 de noviembre de 2023
Veinte minutos fue el tiempo que duró la balacera que derivó en nueve personas fallecidas, entre las cuales lamentablemente se encuentran dos policías municipales y otros dos más resultaron con heridas graves y se encuentran internados en un hospital de Cuernavaca.
Para la población que le tocó escuchar muy cerca de sus domicilios el tiroteo, esos veinte minutos se volvieron eternos, se alargaron como si fueran horas.
De acuerdo al parte policial, los cadáveres quedaron en diferentes puntos de la ciudad, desde la colonia Altavista que es donde comenzaron los primeros disparos y en donde perdió la vida una persona, hasta la avenida Emiliano Zapata a la altura de Tlaltenango en donde quedaron los cadáveres de cinco de los atacantes, en el camino quedaron los otros, me imagino.
El parte policial relata que la policía municipal acudió a un llamado de auxilio en la colonia Altavista en donde habían baleado a un hombre, la reacción de la policía municipal fue muy rápida, alrededor de siete minutos.
Los primeros policías que se aproximaron al lugar se toparon con los atacantes produciéndose las bajas de los elementos policíacos.
Estos solicitaron apoyo al C4, inició la persecución a lo largo de cinco kilómetros culminando muy cerca de la fiscalía estatal.
Durante el enfrentamiento la policía se enfrentó con todo a los delincuentes, arriesgando su vida y en el caso de Francisco Calderón Armenta y Juan Carlos Salgado Flores lamentablemente fallecieron en cumplimiento de su deber.
La policía municipal no tuvo apoyo alguno de las fuerzas estatales, el mal llamado Mando Coordinado brilló por su ausencia, característica inherente a este gobierno de vacilada; pasados los hechos acudió al lugar la Guardia Nacional y el Ejército para acordonar las zonas en donde se realizaban los peritajes y el levantamiento de cuerpos.
El gobierno municipal ha sido criticado por el gobernador por haber decidido mantenerse al margen del Mando Coordinado; viendo los hechos ocurridos, si Cuernavaca se encontrara en ese esquema, seguramente los delincuentes hubieran huido sin obstáculo alguno después de asesinar a sus rivales.
La policía estatal según las estadísticas de los últimos cinco años, carece de capacidad de respuesta rápida por lo cual prácticamente no se llevan a cabo detenciones en flagrancia, ahí están las estadísticas oficiales que demuestran lo dicho.
Tal como lo ha señalado el propio presidente municipal José Luis Urióstegui, la Comisión Estatal de Seguridad Pública carece de estrategia en materia de seguridad y su titular, de los conocimientos para ocupar dicho cargo, a pesar de que tiene formación militar en la marina. Su desempeño ha sido poco menos que mediocre dando como resultado el crecimiento de la delincuencia a lo largo del territorio, la elevación de la violencia a niveles nunca antes vistos, veinticinco asesinatos en un fin de semana por ejemplo; cobro de piso como actividad cotidiana, basta ir a Cuautla para comprobarlo, y la disputa del territorio de bandas organizadas a la vista de la policía estatal que funge de espectadora o cómplice.
La policía municipal se merece un reconocimiento por haber enfrentado a estos delincuentes, la coordinación interna a través del reciente inaugurado Centro de Comunicación, Control y Comando, el denominado C4 está funcionando, a diferencia del inoperante C5 estatal con su ineficaz línea 911, que responde, si es que responde, si bien te va en media hora o más.
No me queda la menor duda que el modelo de seguridad implementado por la actual administración y su almirante en funciones de comisionado están haciendo agua, para decirlo en términos navales. No ha funcionado ni funcionará.
Deseamos la pronta recuperación de los elementos que se encuentran internados en una condición delicada pero estable. Y decirle a la ciudadanía que pronto vendrá un cambio de rumbo en el estado, para recuperar la seguridad, la paz y la tranquilidad del pueblo morelense.
El 2 de junio de 2024 votaremos por un cambio de rumbo. Pronto llegará a su fin este accidente democrático que hemos padecido durante cinco años.