LA UAEM COMO BOTÍN
PERSPECTIVA
Por Marcos Pineda Godoy
Jueves 30 de enero de 2025
La Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) terminó el 2024 e inició el 2025 inmersa en una crisis financiera. En su rescate, temporal, más no definitivo, como suele suceder desde hace muchos años, a fin de no paralizarse las principales actividades académicas y administrativas, concurren las autoridades del gobierno estatal y las federales.
No parece haber quien ponga en duda la importancia de esta noble institución académica, posicionada entre las mejores del país, como tampoco ha habido una administración capaz de sacarla de la larga racha de crisis económicas, año tras año.
Desde sus orígenes, en la segunda mitad del siglo XIX, durante el gobierno de Francisco Leyva y hasta la promulgación de su más reciente Ley Orgánica, en el 2008, pasando por la obtención de su autonomía en 1967, ha sido un gran semillero de científicos, intelectuales y políticos.
La máxima casa de estudios de Morelos, tanto ha sido vista como la gran oportunidad para el desarrollo y el crecimiento de la entidad, generadora de oportunidades para la movilización social y económica de las clases populares, como también en calidad de botín para perniciosas personas, en cuyas manos la estabilidad de la UAEM se vino a pique.
Sin duda, se lleva el premio al mayor de los escándalos la persecución judicial en contra del exrector del 2012 al 2018, Jesús Alejandro Vera Jiménez, declarado oficialmente como sustraído de la acción de la justicia, o sea, prófugo, desde el 16 de marzo del 2021, y sobre quien sigue pesando una orden de aprehensión y el ofrecimiento de una recompensa a quien aporte datos fidedignos para su captura, bajo la causa penal JC/860/2017.
Pero ese es un caso público y sonado. En realidad, quienes conocen a la institución por dentro, desde exempleados de rangos administrativos hasta extitulares de los órganos de gobierno, saben, les consta y algunos hasta fueron vergonzosamente cómplices del saqueo, el tráfico de influencias y la simulación. Poco se ha hecho al respecto, habiendo quienes por ahí andan y otros que ya hasta fallecieron, enriquecidos ilícitamente, en absoluta impunidad.
Mientras, trabajadoras y trabajadores administrativos luchan por alcanzar un incremento de sueldo al menos para ganar el salario mínimo vigente, otros tantos esperan poder contar con su catorcena, a tiempo o con retraso, pero cobrar sus sueldos y prestaciones. En ambos casos, se mantiene latente la posibilidad de paros de labores o, de plano, el estallamiento de alguna huelga.
La llegada de la primera mujer a la rectoría de la UAEM, Viridiana Aydeé León Hernández, generó amplias expectativas, junto con el respaldo de la también primera mujer gobernadora de Morelos, Margarita González Saravia. Hoy, ambas enfrentan el reto, no logrado por los varones que las antecedieron, de resolver, en forma definitiva y a largo plazo, la crisis financiera, administrativa y laboral.
Y eso sólo será posible si se elabora un robusto plan de reingeniería financiera, en acuerdo y apoyado tanto por los poderes locales como por los federales, además de sacudirse a los intereses y a los políticos ajenos a la máxima casa de estudios, porque estos últimos en nada sirven, pero en mucho estorban.
Y para iniciados:
A propósito de la UAEM. Desconcertante inicio de una auditoría interna a las áreas estratégicas de su administración central, a fin de lograr la igualdad laboral y no discriminación, a cargo de María del Carmen Torres Salazar, directora general de Planeación y Desarrollo Institucional. Según dijo, se busca, entre otros, erradicar todo tipo de discriminación. ¿Acaso no parece a usted una profunda y sensible discriminación la existencia de trabajadoras y trabajadores administrativos que no ganan ni el sueldo mínimo? Pues, por ahí podrían empezar ¿no cree?
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