LA USAID EN MÉXICO… ¿Y EN MORELOS?
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Miércoles 05 de febrero de 2025
La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) tiene sus raíces históricas en la política de asistencia exterior de Estados Unidos post-Segunda Guerra Mundial, aunque su creación formal se dio en 1961 bajo la administración del presidente John F. Kennedy como parte de su enfoque en la lucha contra la pobreza y la promoción de la democracia en el mundo en desarrollo.
La USAID surgió para consolidar los esfuerzos de asistencia económica y técnica que hasta entonces se habían dispersado entre varias agencias. Su objetivo principal era fomentar el desarrollo económico y social en países aliados para contrarrestar la influencia de la Unión Soviética durante la Guerra Fría, pero su misión se ha ampliado a la promoción de la democracia, la salud global, la educación y la respuesta a desastres naturales.
Los objetivos fundacionales de la USAID incluyen la reducción de la pobreza, el apoyo a la democracia y los derechos humanos, la mejora de la salud global y la educación, y la promoción de la estabilidad económica y política. En el contexto de México, la USAID ha enfocado sus esfuerzos en áreas como seguridad, gobernabilidad, y desarrollo sostenible. Desde su creación, la agencia ha buscado establecer alianzas estratégicas que no solo beneficien a los países receptores, sino que también sirvan a los intereses de Estados Unidos en términos de seguridad y prosperidad mutua.
En México, la USAID ha trabajado con una variedad de organizaciones civiles, aunque no todos los detalles sobre el financiamiento son públicos. Sin embargo, se sabe que organizaciones como Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) han recibido significativos fondos de la USAID. Entre 2018 y 2023, MCCI ha sido mencionada en varias fuentes web y en publicaciones en X como beneficiaria de financiamiento por un total aproximado de 96.7 millones de pesos. Este apoyo ha generado controversia, particularmente bajo la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha acusado a la USAID de financiar a grupos opositores.
Otras organizaciones que han sido vinculadas con el financiamiento de la USAID en México incluyen a México Evalúa, IMCO, Data Cívica, y Cómo Vamos La Paz. Estas organizaciones trabajan en áreas como la transparencia, la evaluación de políticas públicas, y la promoción de la paz y seguridad ciudadana. Dichos apoyos suelen estar orientados a fortalecer la sociedad civil, promover la rendición de cuentas y contribuir a la lucha contra la corrupción. La USAID ha sido reconocida por su capacidad para movilizar fondos y recursos hacia proyectos que tienen un impacto directo en la calidad de vida y la democracia en México.
A pesar de las críticas, el financiamiento de la USAID a organizaciones civiles en México ha tenido como objetivo el desarrollo de una sociedad más justa, equitativa y democrática. Los programas de la USAID han sido enfocados a la construcción de capacidades institucionales, la mejora de los sistemas de justicia y la promoción de la participación ciudadana. La relación entre la USAID y las organizaciones civiles mexicanas ha sido parte de una estrategia más amplia para promover el desarrollo sostenible, la gobernabilidad y la seguridad, aunque siempre bajo el escrutinio de la opinión pública y las autoridades mexicanas, que vigilan de cerca cualquier posible intervencionismo en asuntos internos.
¿TUVO RELACIÓN CON CUERNAVACA?
El Centro Intercultural de Documentación (CIDOC), que operó en Cuernavaca, Morelos, durante los años 1960 y comienzos de los 1970, recibió financiamiento de fuentes estadounidenses. El CIDOC fue fundado en 1961 por el sacerdote austriaco Iván Illich y tenía como objetivo principal enseñar español y cultura latinoamericana a misioneros norteamericanos que se preparaban para trabajar en América Latina.
El financiamiento del CIDOC provenía en gran parte de la Fundación Ford y de la organización católica Maryknoll, ambas con sede en Estados Unidos. La Fundación Ford era conocida por su apoyo a proyectos de desarrollo social, educación y cultura en todo el mundo, y en este caso, contribuyó a la creación de un espacio donde se discutían temas de educación, teología de la liberación, y críticas al colonialismo cultural y religioso.
El CIDOC no solo fue un centro de enseñanza lingüística, sino que se convirtió en un lugar de encuentro intelectual y de debate, atrayendo a figuras como Paulo Freire, Erich Fromm y otros pensadores críticos de la época. Sin embargo, este financiamiento y la naturaleza de sus actividades levantaron sospechas y críticas, especialmente desde sectores conservadores y del Vaticano, lo que eventualmente llevó a su cierre en 1976.
La conexión con Estados Unidos y su financiamiento fue parte de un contexto más amplio de la Guerra Fría, donde las fundaciones estadounidenses jugaban un papel en la promoción de ideologías y en la contención de la influencia comunista en América Latina. No obstante, Illich utilizó estos recursos para promover ideas que muchas veces se oponían a las políticas y prácticas de Estados Unidos y del catolicismo tradicional, lo que hizo que CIDOC fuera un centro de pensamiento innovador y, a veces, subversivo.
Este período en Cuernavaca marcó un momento significativo en la historia del pensamiento crítico y la educación en América Latina, influyendo en múltiples esferas que iban más allá de la simple enseñanza de idiomas, hasta cuestionar estructuras de poder y modelos de desarrollo.
¿EL CIDOC RECIBIÓ RECURSOS DE LA USAID?
No hay evidencia clara y documentada disponible que indique que el Centro Intercultural de Documentación (CIDOC) en Cuernavaca haya recibido financiamiento directamente de la USAID. Durante los años 1960 y principios de los 1970, el financiamiento principal de CIDOC provino de la Fundación Ford y de la organización Maryknoll, como se mencionó anteriormente.
Aunque la USAID ya existía en ese tiempo, su enfoque y programas en México eran diferentes y más enfocados en áreas como la agricultura, salud pública, y desarrollo económico, más que en centros de pensamiento y educación cultural como lo era CIDOC. Sin embargo, la historia de la financiación de proyectos en América Latina durante la Guerra Fría es compleja, y algunas fundaciones y organizaciones podrían haber actuado como intermediarios o canales de fondos de diversas fuentes gubernamentales o no gubernamentales de Estados Unidos, sin que esto siempre quedara registrado de manera transparente.
Por lo tanto, aunque no se puede afirmar con certeza que CIDOC nunca recibió algún tipo de financiamiento o apoyo de la USAID, no hay registros directos ni fuentes que lo confirmen específicamente. La mayor parte de la documentación y las memorias de ese periodo relacionan a CIDOC con la Fundación Ford y Maryknoll, destacando su papel en el ámbito de la educación y la crítica cultural.
¿Es posible que grupos defensores de derechos humanos no oficiales de Morelos, que datan de mediados de los setenta, sí hayan sido financiados por la USAID?
Es posible que grupos defensores de derechos humanos independientes en Morelos durante mediados de los años setenta hayan recibido financiamiento de la USAID, aunque no hay registros específicos o documentación clara que lo confirme de manera directa.
Durante ese tiempo, la USAID ya estaba activa en México, enfocándose en diversas áreas de desarrollo, incluyendo la promoción de la justicia y los derechos humanos. A partir de la información disponible en la web, se sabe que la USAID ha apoyado históricamente a organizaciones de derechos humanos y a la sociedad civil en México, aunque estos apoyos han sido más visibles y documentados en décadas posteriores.
En los años setenta, la USAID probablemente habría operado bajo un marco de apoyo a la democracia y la gobernabilidad, lo que podría incluir el financiamiento de organizaciones que promovieran derechos humanos, especialmente en un contexto de represión política y violaciones de derechos humanos que caracterizaron a varios países latinoamericanos durante esa época. Sin embargo, las actividades de la USAID en ese tiempo en México, particularmente en estados como Morelos, no están ampliamente documentadas o al menos, esta documentación no está fácilmente accesible.
Es importante considerar que, durante la Guerra Fría, Estados Unidos utilizaba varios mecanismos para apoyar causas que se alinearan con sus intereses geopolíticos, lo que podría incluir el financiamiento encubierto o a través de intermediarios a grupos de derechos humanos para contrarrestar ideologías opuestas.
Hoy la USAID y su funcionamiento se encuentran en “stand by” por órdenes directas del presidente Donald Trump. Sus recursos están por ahora cancelados, existiendo múltiples causas para ello. En otra columna me referiré a ellos.