LAS “MAÑANERAS DEL PUEBLO”: CONTINUIDAD CON SELLO PROPIO
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Viernes 13 de junio de 2025
A ocho meses y medio del gobierno de Claudia Sheinbaum, las “Mañaneras del Pueblo” se han consolidado como un pilar central de su estrategia de comunicación política, heredando el formato instaurado por Andrés Manuel López Obrador (AMLO), pero con ajustes que reflejan su estilo de gobernar.
Estas conferencias, que iniciaron el 2 de octubre de 2024, han evolucionado hacia un ejercicio más estructurado, con una duración promedio de hora y media (de 7:30 a 9:00 a.m.), en contraste con las extensas sesiones de AMLO, que solían superar las dos horas. El cambio de nombre a “Mañaneras del Pueblo” y la incorporación de secciones temáticas diarias —como “Vida Saludable” los lunes, “Mujeres en la Historia” los jueves o “Detector de Mentiras” los miércoles— buscan proyectar una narrativa de orden, inclusión y conexión con la ciudadanía. Desde el diseño de la comunicación política, este enfoque responde a la necesidad de diferenciarse de su antecesor mientras se mantiene la cercanía con el electorado que hizo exitoso el formato.
En términos de eficacia comunicativa, las mañaneras de Sheinbaum destacan por su énfasis informativo sobre el discursivo. A diferencia de AMLO, cuya retórica a menudo respondía al pulso político del momento con confrontaciones directas contra opositores o medios, Sheinbaum opta por respuestas puntuales, respaldadas por datos y presentaciones gráficas, lo que refuerza una imagen de profesionalismo y tecnicismo. Este estilo, descrito como “académico y directo” por analistas, le permite controlar la narrativa sin caer en la polarización que caracterizó a su predecesor. Sin embargo, la sección “Detector de Mentiras” ha generado críticas por perpetuar una dinámica de confrontación velada con la prensa, aunque menos agresiva que el “Quién es quién en las mentiras” de AMLO. Desde el análisis de la comunicación política, esta sección podría ser un punto débil si no se equilibra con un diálogo más constructivo, ya que el desprestigio de medios críticos puede erosionar la percepción de pluralidad.
El impacto de las mañaneras en la agenda pública es notable, pero su alcance es menor al de las conferencias de AMLO. Según reportes, las transmisiones en YouTube alcanzan aproximadamente la mitad de las vistas de su antecesor, aunque algunas conferencias se acercan al medio millón de reproducciones. Esta reducción puede atribuirse a la falta del carisma performativo de AMLO, cuya habilidad para generar titulares a través de frases contundentes o anécdotas era un imán mediático. No obstante, el enfoque estructurado de Sheinbaum, con 18 lineamientos para regular la participación de la prensa, ha democratizado el acceso a preguntas y reducido las intervenciones improvisadas, lo que fortalece la percepción de orden. Desde una perspectiva técnica, esta profesionalización es un acierto, pero el desafío radica en mantener la relevancia mediática sin recurrir a la confrontación, evitando la fatiga política que afectó a AMLO en sus últimos años.
Un aspecto distintivo de las mañaneras de Sheinbaum es su apuesta por temáticas de inclusión y humanismo, alineadas con su proyecto político. La sección “Mujeres en la Historia” y la declaración de 2025 como el “Año de la Mujer Indígena” refuerzan su narrativa de género y justicia social, conectando con sectores clave de su base electoral. Sin embargo, críticos señalan que la ausencia de temas como la economía o la seguridad en las secciones fijas podría limitar su capacidad para abordar preocupaciones ciudadanas urgentes. Desde el diseño de la comunicación, esta selección temática refleja una estrategia deliberada para construir una identidad de gobierno progresista, pero requiere complementarse con respuestas ágiles a coyunturas críticas para no perder credibilidad. Además, el uso de redes sociales y WhatsApp para amplificar los mensajes, manteniendo los canales de AMLO, muestra una continuidad en la búsqueda de comunicación directa, aunque el impacto de los “medios alternativos” aún está por definirse.
En conclusión, las “Mañaneras del Pueblo” de Claudia Sheinbaum representan un equilibrio entre continuidad y diferenciación, con un diseño comunicativo que prioriza el orden, la inclusión y el tecnicismo. Si bien han logrado mantener la relevancia del formato como herramienta de gobernanza, su sostenibilidad a largo plazo dependerá de la capacidad de la presidenta para innovar, evitar la monotonía y responder a las demandas de una ciudadanía cada vez más exigente.
El reto es claro: transformar las mañaneras en un espacio de diálogo genuino, no solo de difusión, para consolidar su liderazgo sin depender exclusivamente de la herencia de AMLO. Desde la comunicación política, Sheinbaum ha dado pasos firmes, pero el camino hacia los seis años de gobierno exigirá ajustes constantes para mantener la frescura y el impacto de este ejercicio.