LOS CINCO EJES DE LA SUPERVIVENCIA
PERSPECTIVA
Por Marcos Pineda Godoy
Viernes 14 de marzo de 2025
La plana mayor del morenismo nacional, con su desaire a la presidenta de la República en el arranque de la Asamblea Nacional Informativa del pasado domingo, distrajo la atención de los planteamientos esenciales de la primera mandataria para hacer frente a la crisis económica que muy probablemente provocará la política exterior del gobierno de Donald Trump.
A lo largo de la semana, apoyadores y detractores de Claudia Sheinbaum Pardo estuvieron más ocupados en discutir si era de importancia, qué tanto y cuáles podrían ser las consecuencias políticas del desdén a la primera mandataria, fuera por error o a propósito, en su afán por quedar bien con el hijo del expresidente, Andrés Manuel López Beltrán, prefiriendo tomarse fotos con él que estar atentos al paso de la máxima autoridad ejecutiva y política de la Nación.
Ese descuido, por decir lo menos, responsabilidad de ellos mismos -debe subrayarse-, dejó a la deriva la presentación presidencial sobre los cinco ejes de la estrategia económica del gobierno mexicano, frente a los embates injerencistas del exterior y las amenazas arancelarias, hoy ya parcialmente cumplidas.
Estos ejes, enunciados por Sheinbaum Pardo en el Zócalo de la Ciudad de México, son cinco: Fortalecimiento del mercado interno, autosuficiencia en alimentos y energía, impulso a la inversión pública, promoción de la producción nacional y consolidación de los programas del Bienestar.
Sus objetivos son el fortalecimiento del mercado interno y la autosuficiencia en sectores clave, para depender lo menos posible de las importaciones. Ello, a través de la inversión pública y bajo la rectoría del Estado. Más allá de sonar políticamente bien el planteamiento, en el marco del discurso acerca de la soberanía y la independencia nacionales, la realidad es que al gobierno mexicano no le queda de otra.
Las condiciones económicas en que recibió Claudia Sheinbaum al país, digamos, en indicadores sobre la inflación, el desempleo, el precio de los energéticos, el déficit público, las deudas de Pemex y de la CFE, la operatividad deficitaria o de plano el fracaso económico de los megaproyectos de su antecesor, ya saben quién… aunados a la incertidumbre provocada por la reforma al poder judicial, la prevaleciente percepción de inseguridad, tanto la personal como para las inversiones productivas, en medio de las acusaciones externas sobre lazos de colusión intolerables entre el gobierno con la delincuencia organizada, imposibilitan la inclusión de conceptos como el progreso y la prosperidad.
Nada al respecto se incluye en la estrategia presidencial. Todo se queda en la palabra “Bienestar”, puesta, tácitamente, como equivalente de subsistencia o supervivencia. Una condena, no reconocida, a seguir perteneciendo al grupo de los países con mayores recursos, pero, a la vez, con una sociedad empobrecida.
Lo peor de todo es que ni es culpa de Claudia Sheinbaum ni depende sólo de su voluntad cambiarlo. Ella recibió una bomba de tiempo y está ocupada en hacer que no reviente.
Y PARA INICIADOS:
Esta semana, Cuauhtémoc Blanco recibió la atención de los medios de comunicación, como nunca, en sus diez años de carrera política. Ya hasta se cansó del trato de piñata y de las acusaciones en su contra. El ex ídolo, en otros tiempos ávido de reflectores, no quiere ni dar más entrevistas. Sin embargo, seguirá en el foco, en el ojo del huracán, pues, parafraseando al refrán que dice “todos los caminos conducen a Roma”, podríamos sugerir que todas las investigaciones llevan a Cuauhtémoc.
La información es PODER!!!