LOS SUEÑOS ROTOS DE MUJERES MIGRANTES
OPINIÓN
Por Carolina Ruíz Rodríguez *
La idea del hombre o padre de familia que deja su comunidad para ir a buscar mejores oportunidades de empleo, para ejercer su profesión, para huir de alguna situación violenta o abrir camino para después ser alcanzado por su pareja e hijos, debe quedar atrás.
Cada vez son más las mujeres tanto migrantes como inmigrantes en México, quienes abandonan sus lugares de origen para también perseguir sus sueños y, no necesariamente, a una pareja o a un padre.
Se estima que, en México, cerca del 46% de los migrantes son mujeres y, se debe decir con claridad, por esa sola condición se incrementan los riesgos, los sacrificios, la violencia y los peligros a los que se enfrentan.
Cuando salen de sus comunidades de origen, la mayoría de las mujeres cargan con la ilusión de un futuro mejor, de estudiar, de ejercer alguna profesión o, simplemente, de conocer nuevas culturas y ser parte de ellas.
Muchas mujeres migrantes no persiguen ya como objetivo principal el llamado “sueño americano”. Huyen de sus comunidades, muchas veces dejando incluso a sus hijos, ante la falta de oportunidades, el clima de violencia que enfrentan en sus trabajos o situaciones de violencia y acoso sexual, sobre todo dentro de sus familias.
En esta travesía, la suerte no está siempre de su lado. Desgraciadamente, hay mujeres migrantes que son engañadas para ser explotadas física, sexual y psicológicamente; que son abusadas, violentadas y criminalizadas, dando como resultado que sean víctimas de desaparición forzada y hasta ultimadas, para borrar las huellas de su infortunio.
“¿Quién carece de sueños?, ¿quién no aspira a vivir con serenidad, contar con un empleo que le permita subsistir, o educar y crear a sus hijos en un entorno pacífico? ¿acaso no son anhelos aparentemente fáciles de cumplir? No obstante, para millones de personas en el orbe, lo anterior resulta inaccesible. Lo que parece tan elemental, como disponer de alimento suficiente e irse a dormir cada noche sin hambre, puede constituir un sueño”.
Lo anterior lo refiere Sandra Lorenzano, de la Unidad de Investigación sobre Representaciones Culturales y Sociales de la UNAM, en un reportaje publicado en la Gaceta universitaria el 10 de noviembre del año 2023, hecho por Michelle Olguín Lacunza y Diana Rojas con el título “Son riesgos, pero tenemos sueños: ser migrante y ser mujer”. **
En el trabajo se cita a la misma Sandra Lorenzano y se lee: “En México, a lo largo del 2021, se registró diariamente la desaparición de catorce niñas, niños o adolescentes, lo que suma cinco mil ciento diez casos. Durante el 2022 y lo transcurrido del 2023, las cifras han mantenido una gran similitud… Se calcula que cuatro de cada 10 migrantes Centroamericanos que atraviesan México desaparecen en sus rutas hacia Estados Unidos”.
“Son riesgos, pero tenemos sueños y tras los sueños, debemos arriesgarnos… No sé si pueda treparme al tren, la verdad, pero no hay dinero para viajar en combi… Tengo miedo de soltar a un niño y perderlo, sería la experiencia más horrible” cita Lorenzano en referencia al testimonio de Daisy, una migrante hondureña en su paso por México hacia los Estados Unidos, y concluye: “No hay duda: las mujeres son el sector más vulnerable en el flujo migratorio”.
Estas historias de mujeres migrantes también merecen ser referidas, ser reconocidas y trabajar para que su final sea diferente, y sus sueños y esperanzas no sean rotos por su condición de ser mujeres.
La lucha de las mujeres no debe ser conmemorada solo los días 8 de marzo, sino todos. Y estos y muchos otros retos que enfrentamos en nuestro amado México, no deben ser visibilizados marchando este día, si no trabajar del diario para evitar que sigan ocurriendo.
Por sus sueños, por sus derechos, por todas ellas.
*Presidenta de la Comisión de Atención a Personas Migrantes en el H. Congreso de Morelos
** https://unamglobal.unam.mx/global_revista/son-riesgos-pero-tenemos-suenos-ser-migrante-y-ser-mujer/