MARGARITA Y URIÓSTEGUI: ¿TRABAJO COORDINADO?
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Jueves 6 de junio de 2024
El virtual ganador de la elección a la alcaldía de Cuernavaca, José Luis Urióstegui Salgado, quien en los comicios del domingo 2 de junio contendiera por su reelección a través de la coalición PAN-PRI-PRD-RSP, expresó que está dispuesto a colaborar con Margarita González Saravia, quien será la gobernadora constitucional de Morelos a partir del primero de octubre del año en curso. Todo parece apuntar a que así será, estimándose que le será entregada su constancia de mayoría por el Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (Impepac).
Aunque Margarita González Saravia representa una ideología política contraria a la de Urióstegui, pues desde hace muchos años milita en el Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Urióstegui Salgado expresó su disposición para trabajar con la nueva gobernadora por el bien de la entidad en lo general, y por Cuernavaca en particular. Dijo lo siguiente:
“En su momento tendí todos los puentes y abrí todos los canales para llevar a cabo una coordinación estrecha entre el Gobierno del estado, no va a ser la excepción. Vamos a hablar una vez que se tengan las constancias entregadas para que sea oficial todo acercamiento”.
Es importante recordar que, durante su administración, Urióstegui Salgado buscó sostener una buena comunicación y trabajo coordinado con el gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo, lo cual no ocurrió. En las hemerotecas quedaron registradas decenas de declaraciones de funcionarios estatales y del propio Urióstegui respecto a la inseguridad pública (es solo un ejemplo), con acusaciones entre una y otra parte ante la escalada de violencia en la capital morelense, la cual no ha cesado.
No obstante, ante el inminente advenimiento de la nueva administración que encabezara Margarita González Saravia, el alcalde con licencia y muy probablemente presidente municipal electo espera que ambos puedan trabajar a favor de la población de la capital de Morelos. En materia de seguridad, Urióstegui Salgado mencionó que aún no conoce el proyecto de Margarita González Saravia, pero enfatizó la importancia de llegar a un entendimiento favorable para la población.
LOS ANTECEDENTES DE MALAS RELACIONES
Con respecto al enfrentamiento del gobernador de Morelos y el presidente municipal de Cuernavaca en turno, desde que inicié hace más de cinco décadas en el periodismo morelense he constatado lo siguiente:
David Jiménez González no recibió apoyo de Felipe Rivera Crespo (1973-1976); Porfirio Flores Ayala (1976-1979) nunca fue bien visto por Armando León Bejarano (ALB); José Castillo Pombo disfrutó un relativo respaldo de ALB, pero fue poco lo que hizo por la ciudad debido al escaso apuntalamiento estatal; luego vino Sergio Figueroa (1982-1985), cuyo paso por el ayuntamiento fue mediocre, sin el apoyo pleno de Lauro Ortega; Juan Salgado Brito llegó después (1985-1988) y fue más o menos apoyado por Don Lauro logrando algunas cosas para la ciudad; en 1988 entró Julio Mitre, cimentado por Antonio Riva Palacio, lo cual se reflejó en cierta mejoría de Cuernavaca, escenario que se repitió en 1991 con Luis Flores Ruiz; llegó 1994 con Alfonso Sandoval Camuñas, más o menos respaldado por Jorge Carrillo Olea. Fue un trienio exitoso y hasta se consideró a Sandoval Camuñas con posibilidades de ser el siguiente gobernador, pero la muerte lo sorprendió en 1998 siendo diputado federal.
En 1997 arribó Sergio Estrada Cajigal, quien gozó la reforma federalista decretada por Ernesto Zedillo, disponiendo de un presupuesto que le permitió dar a la ciudad el mantenimiento no recibido durante trienios anteriores y la construcción de nuevas vialidades. Empero, nunca tuvo apoyo de Carrillo Olea. Aún así, del Ayuntamiento brincó a la gubernatura. Pero Estrada, siendo mandatario estatal, no respaldó a José Raúl Hernández Ávila, ni tampoco a Adrián Rivera, a pesar de que ambos eran de su partido. Jesús Giles (2006) no tuvo suficiente apoyo de Marco Adame Castillo (MAC); en 2009 llegó el priista Manuel Martínez Garrigós, quien tampoco logró la simpatía de Adame. Jorge Morales Barud, priista, llegó en 2012 sin el apoyo de Graco Ramírez, quien realizó obras en Cuernavaca bajo los auspicios del gobierno estatal. En enero de 2016 arribó Cuauhtémoc Blanco, enfrentado con el ya citado Graco Ramírez desde la campaña preelectoral de 2015.
Una vez convertido en alcalde a partir del 1 de enero de 2019, fue evidente el distanciamiento entre el gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo y Antonio Villalobos Adán, aunque ambos representaron a Morena en una coalición partidista. Ese conflicto fue gravemente perjudicial para nuestra capital. Villalobos no era el candidato deseado por el “Cuauh”. Y el 1 de enero de 2022 tomó posesión José Luis Urióstegui, sin ser jamás aceptado por Blanco Bravo. Y es que JLUS siempre evitó quedar proyectado como sometido por el jefe del Ejecutivo estatal. Vendrían entonces los jaloneos por el tema de la seguridad y jamás lograron acuerdos, todo ello en perjuicio de los cuernavacenses.
En el discurso se escucha bien José Luis Urióstegui, pero habremos de comprobar la congruencia de sus palabras con los hechos respecto a la necesidad de trabajar con Margarita González Saravia de manera coordinada. La sociedad local espera que Urióstegui no vuelva a actuar motivado por la parte voluble de su personalidad.