MÉXICO: PREPARARSE PARA CUALQUIER EVENTUALIDAD HACIA EL 2 DE ABRIL
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Lunes 10 de marzo de 2025
La concentración en el Zócalo de la Ciudad de México este domingo 9 de marzo de 2025, convocada por la presidenta Claudia Sheinbaum, tuvo un carácter más simbólico y político que práctico en términos de influir directamente en las decisiones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Aunque el evento buscaba mostrar unidad nacional y respaldo popular frente a la amenaza de aranceles, el impacto real sobre la postura de Trump y su administración es limitado. Analicemos el contexto, los objetivos de la concentración y el escenario realista de cara al 2 de abril, cuando vence el “periodo de gracia” actual.
¿QUÉ PASÓ EN EL ZÓCALO?
Originalmente, Sheinbaum convocó a esta asamblea para anunciar medidas arancelarias y no arancelarias en respuesta a la imposición de aranceles del 25% por parte de Trump, que entraron en vigor el 4 de marzo tras el fin de una pausa de 30 días. Sin embargo, tras una llamada con Trump el jueves 6 de marzo, se acordó posponer los aranceles sobre bienes cubiertos por el T-MEC hasta el 2 de abril. Esto llevó a que el evento en el Zócalo se transformara en una mezcla de celebración por este logro diplomático y una demostración de fuerza interna. Según reportes, asistieron decenas de miles de personas (algunos hablan de hasta 350,000, aunque las cifras varían), con música, discursos y un ambiente festivo.
El mensaje de Sheinbaum fue claro: destacar la cooperación con EE.UU. sin ceder soberanía, celebrar el “respeto” ganado y reafirmar la unidad del pueblo mexicano. Sin embargo, no se anunciaron medidas concretas nuevas, ya que el aplazamiento de los aranceles diluyó la necesidad inmediata de represalias.
¿SIRVE PARA “CIMBRAR” A TRUMP?
Es poco probable que la concentración en el Zócalo tenga un efecto directo en la postura de Trump. El presidente estadounidense ha demostrado que su política arancelaria responde más a cálculos internos (presión a socios comerciales, promesas de campaña, base electoral) que a gestos simbólicos en otros países. La pausa hasta el 2 de abril fue resultado de negociaciones bilaterales —como el envío de 10,000 elementos de la Guardia Nacional a la frontera y la entrega de 29 capos del narcotráfico a EE.UU.—, no de la presión popular en México. Trump mismo calificó la relación con Sheinbaum como “muy buena” en redes sociales, sugiriendo que valora más los acuerdos tangibles que las demostraciones públicas. Además, sobre Trump pesaron sobremanera las presiones de los más grandes consorcios automotrices estadounidenses, así como los vaivenes en los mercados accionarios.
La concentración, por tanto, tuvo un impacto mayor en la política interna mexicana. Sirvió para consolidar la imagen de Sheinbaum como una líder fuerte frente a un desafío externo, potenciando su aprobación popular (que supera el 60% según algunos analistas) y enviando un mensaje de cohesión a sus detractores. Sin embargo, esto no “cimbrará” a Trump ni alterará significativamente su estrategia.
ESCENARIO REALISTA PARA EL 2 DE ABRIL
El 2 de abril marca el fin del actual periodo de gracia, y Trump ha indicado que ese día anunciará “aranceles recíprocos” a nivel global. Esto sugiere una revisión más amplia de su política comercial, no necesariamente exclusiva contra México o Canadá. Hay varios factores clave que definirán el escenario:
Resultados de las negociaciones en curso. Durante este nuevo plazo, equipos de ambos países trabajarán en mesas sobre migración, seguridad (fentanilo) y comercio. México ha mostrado disposición a cooperar —reforzando la frontera y combatiendo el narcotráfico—, lo que podría persuadir a Trump de eximir total o parcialmente a México de aranceles bajo el T-MEC. Sin embargo, Trump podría exigir más concesiones, como mayores restricciones migratorias o medidas contra importaciones chinas trianguladas vía México.
Presión económica en EE.UU. Los aranceles del 25% afectarían no solo a México, sino también a consumidores y empresas estadounidenses (por ejemplo, en la industria automotriz, donde firmas como General Motors dependen de cadenas de suministro transfronterizas). La inflación ya es una preocupación para los votantes de Trump, y un aumento en los precios podría volverse políticamente costoso. Esto podría incentivarlo a moderar su enfoque hacia México.
Respuesta mexicana. Sheinbaum ha mantenido un tono de “cooperación sin subordinación” y tiene planes alternativos (A, B, C) que incluyen represalias arancelarias y diversificación comercial (con Canadá, China u otros). Si Trump aplica aranceles, México podría responder con medidas espejo, pero esto escalaría el conflicto y dañaría a ambas economías, algo que ambos líderes parecen querer evitar por ahora.
Contexto global. Los “aranceles recíprocos” de Trump podrían enfocarse más en países como China (que ya enfrenta tarifas del 20%) que en socios del T-MEC. Si México sigue cumpliendo en seguridad y migración, podría quedar exento o enfrentar gravámenes menores.
ESCENARIOS POSIBLES
Optimista. Trump exime a México de aranceles bajo el T-MEC, reconociendo los esfuerzos en seguridad y migración. La relación bilateral se estabiliza, y Sheinbaum refuerza su posición interna.
Intermedio. Se aplican aranceles parciales (por ejemplo, solo al acero y aluminio, como se ha mencionado), pero se evitan tarifas generalizadas. México responde con medidas limitadas, y ambas partes negocian una solución a mediano plazo.
Pesimista. Trump impone los aranceles del 25% a pesar de los acuerdos, desencadenando una guerra comercial. México replica con represalias, el peso se deprecia más (ya ronda los 21 por dólar), y la economía mexicana entra en un periodo de incertidumbre.
La concentración en el Zócalo no “cimbrará” a Trump, pero sí fortalece a Sheinbaum internamente, dándole margen político para negociar. El escenario más realista para el 2 de abril depende de los resultados concretos que México entregue en las próximas semanas y de la disposición de Trump a priorizar beneficios mutuos sobre su retórica nacionalista. Por ahora, la tregua sugiere que el diálogo sigue siendo la vía principal, pero la incertidumbre persiste, y México debe prepararse para cualquier eventualidad mientras mantiene su economía resiliente. El festival de hoy fue un respiro, no una solución definitiva.