Morelos celebra su mezcal: un triunfo histórico con Denominación de Origen
Morelos ha escrito un capítulo dorado en su historia al obtener la Denominación de Origen (DO) para su mezcal, un reconocimiento que consagra siglos de tradición y abre un horizonte de oportunidades económicas y culturales.
Este 18 de julio de 2025, el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) entregó la placa oficial que acredita a 23 municipios morelenses como parte de esta prestigiosa DO, un logro que reivindica el legado de productores y comunidades que han destilado este elixir desde tiempos prehispánicos. Este hito no solo posiciona al mezcal de Morelos en el mapa global, sino que reafirma su identidad como un emblema de la “tierra que nos une”.
La DO es mucho más que un sello de calidad; es una garantía de autenticidad que protege los métodos tradicionales de producción y el uso de agaves locales, como el Agave angustifolia. Este reconocimiento asegura que solo el mezcal elaborado en las regiones autorizadas de Morelos pueda llevar este nombre, elevando su valor comercial en un 40% y abriendo mercados internacionales.
Actualmente, el estado exporta 35,000 botellas al año a Estados Unidos, y con la DO, eventos como la Feria del Mezcal y Queso de Morelos (29-31 de agosto de 2025) y el Tianguis Turístico de Acapulco 2026 prometen consolidar su presencia global.
El camino hacia la DO no fue sencillo. Desde 1994, cuando se estableció la DO para el mezcal en estados como Oaxaca y Guerrero, Morelos quedó fuera, obligando a sus productores a comercializar su bebida como “destilado de agave” o de manera clandestina. En 2018, tras años de lucha liderada por figuras como Lucía Emma Cazales Quintero y Miguel Figueroa Romano, 23 municipios morelenses fueron incluidos, pero controversias legales impulsadas por Oaxaca retrasaron la consolidación. En 2025, la resolución de estos litigios marcó una victoria histórica para el estado.
La tradición mezcalera de Morelos es tan antigua como fascinante. Investigaciones históricas, respaldadas por el Colegio de Morelos y el IMPI, documentan 278 años de producción, desde hornos prehispánicos en Xochitécatl-Cacaxtla hasta la introducción del alambique filipino en la época colonial. Registros de 1900 muestran que el mezcal de Tetecala y Cuautla ya era reconocido, incluso ganando medallas internacionales en Francia y Nueva York. Esta herencia, combinada con saberes indígenas y coloniales, sustenta el carácter histórico de la DO.
Económicamente, la DO es un motor de desarrollo para Morelos. Beneficia a más de 3,400 familias y 200 marcas locales, fortaleciendo la cadena productiva del agave-mezcal. El gobierno estatal, liderado por la gobernadora Margarita González Saravia, ha comprometido 20 millones de pesos en 2025 para modernizar destiladoras, implementar campañas fitosanitarias y capacitar productores. Estas acciones no solo impulsan la competitividad, sino que generan empleos y combaten la migración en comunidades rurales.
Culturalmente, la DO reivindica la identidad de Morelos y el papel de las comunidades, incluidas las mujeres, que históricamente han participado en la producción y comercialización del mezcal. Como señala el historiador Juan Solano, el mezcal no es una moda, sino una práctica arraigada que precede la formación del estado. La DO protege este legado, asegurando que las generaciones futuras puedan heredar y celebrar esta tradición.
El impacto de la DO trasciende las fronteras de Morelos. Al posicionar al estado como un competidor legítimo frente a gigantes como Oaxaca, el mezcal morelense se convierte en un símbolo de orgullo regional. La bebida, impregnada de historia y sabor, se perfila como un embajador cultural en ferias nacionales e internacionales, llevando el nombre de Morelos a nuevos mercados y corazones.
Con la DO en mano, Morelos no solo celebra un triunfo administrativo, sino un reconocimiento a su alma mezcalera. Este logro histórico es un brindis por la perseverancia de sus productores, la riqueza de su tierra y la fuerza de su identidad. El mezcal de Morelos ya no es solo una bebida; es un legado que, como el agave, florece con el tiempo y promete un futuro brillante para el estado.