Morelos: solo un municipio cuenta con atlas de riesgo actualizado, dejando vulnerables a 35 ayuntamientos
Los atlas o mapas de riesgo son instrumentos esenciales en la gestión de desastres, ya que identifican de manera precisa las amenazas naturales y antropogénicas en un territorio específico, como zonas propensas a inundaciones, deslaves, fallas geológicas, incendios o sismos.
Estas herramientas no solo mapean los peligros, sino que evalúan la vulnerabilidad de la población, la infraestructura y el entorno, permitiendo una planeación urbana ordenada, la toma de decisiones informadas para el desarrollo sostenible y la implementación de medidas preventivas.
Según expertos y normativas como la Ley General de Protección Civil, sirven como base para reducir riesgos, promover la cultura de la autoprotección y evitar tragedias al guiar inversiones en infraestructura segura y respuestas oportunas en emergencias.
Sin estos atlas, las comunidades quedan expuestas a un mayor peligro, ya que las autoridades carecen de un diagnóstico claro sobre los riesgos locales. Esto puede resultar en un crecimiento urbano desordenado en áreas de alto riesgo, respuestas tardías o ineficaces ante desastres, mayores pérdidas humanas y económicas, y una vulnerabilidad agravada, especialmente en zonas marginadas o rurales.
En México, la ausencia de estos instrumentos ha sido señalada como un factor que incrementa el impacto de eventos como sismos, inundaciones o deslizamientos, donde la falta de prevención lleva a daños evitables y costos mayores en reconstrucción.
En Morelos, esta situación es particularmente alarmante: de los 36 municipios, únicamente Cuernavaca posee un atlas de riesgo actualizado. Los restantes 35 carecen de esta herramienta obligatoria por ley, lo que deja a miles de familias sin protección adecuada ante posibles amenazas.
El coordinador estatal de Protección Civil, Ubaldo González Carretes, ha enfatizado que “el atlas de riesgo no es un mero trámite administrativo, sino una herramienta social que identifica con precisión las amenazas en cada colonia y comunidad”. González ha instado a los alcaldes a iniciar los trabajos a partir de 2026, un proceso que demanda meses de análisis técnico, mapeo y recopilación de datos.
Mientras tanto, el estado avanza en su propio atlas estatal, cuya segunda etapa concluirá en aproximadamente un año, para apoyar a los municipios en esta tarea pendiente.Invertir en prevención, como reiteran las autoridades, salva vidas y reduce pérdidas significativas, destacando la urgencia de que los gobiernos locales asuman esta responsabilidad.
