NO MÁS PRETEXTOS, ALCALDE
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Miércoles 22 de noviembre de 2023
El presidente municipal de Cuernavaca, José Luis Urióstegui Salgado, es plenamente identificado por colegas periodistas encargados de darle cobertura a las actividades del Ayuntamiento, como un experto en salirse por peteneras, evadir los bultos, culpar a autoridades estatales de los dislates cometidos por él y demás funcionarios locales, y nadar de a muertito cuando le llega el agua a los aparejos.
Desde el inicio de la actual administración municipal, el 1 de enero de 2022, Urióstegui demostró gran capacidad para evitar conflictos con quien fuere, gracias a lo cual, verbigracia en el Congreso del Estado, se le han tolerado infinidad de casos en los que el mismísimo edil incurrió en el delito de comisión por omisión. Si se fijan ustedes, estimados lectores, el multicitado personaje ha sorteado cualquier cantidad de avatares sin ser molestado por nuestros ínclitos legisladores ni con el pétalo de una rosa. Desconozco a quién le haya aprendido Urióstegui el oficio de evadirse y, como ya se indicó, nadar de a muertito, aunque nosotros recordamos al gobernador sustituto Jorge Morales Barud (1998-2000) como alguien que evitaba pelearse, lo que hoy en día lo hace aparecer con una enorme aureola de respetabilidad.
¿Qué relación tiene este extenso preámbulo con el tema de hoy? Mucha.
Urióstegui, luego de los deplorables hechos acaecidos en varias colonias de Cuernavaca la noche del domingo 19 y toda la madrugada del lunes 20 de noviembre, cuando grupos criminales desafiaron a la endeble Secretaría de Protección y Auxilio Ciudadano (SEPRAC), y asesinaron a dos policías metropolitanos, reprochó a la Guardia Nacional, al Ejército y a la Comisión Estatal de Seguridad por no darle apoyo con refuerzos, aunque oportunamente trascendería que la solicitud fue tardía. Las fuerzas federales y la Policía Morelos respondieron… cuando había pasado la crisis. Urióstegui aprovechó el viaje para quejarse este lunes, por enésima vez, que las tres instituciones no le compartían información valiosa respecto a los puntos criminógenos de la capital morelense. Esto lo ha dicho durante los pasados tres meses luego de que le reventó algún caso de alto impacto.
Sin embargo, este martes fue convocado a una reunión en las oficinas de la 24a. Zona Militar, donde le fueron entregados 52 diagnósticos de riesgo, incluidas 10 colonias de atención prioritaria. El trabajo fue desarrollado por la Comisión Estatal de Seguridad Pública (CES), mediante el Centro Estatal de Prevención Social de la Violencia y Delincuencia con Participación Ciudadana. Tales diagnósticos son obtenidos a partir de marchas exploratorias de seguridad por las zonas críticas, donde se recolectan datos estadísticos y de percepción social. Las actividades se realizan en coordinación con los integrantes de la Mesa de Coordinación Estatal para la Construcción de la Paz, como es la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), a través de la 24/a Zona Militar, Guardia Nacional (GN), así como elementos del Mando Coordinado Policía Morelos.
El alcalde Urióstegui ordenó la emisión de un boletín donde su administración elogió el diagnóstico respecto a las 10 colonias con mayor problemática de inseguridad, donde ahora el Ayuntamiento y la SEPRAC deberán iniciar cuanto antes las correspondientes estrategias de prevención del delito.
En concreto: ya no hay pretexto para estarse lavando las manos cuando las células delictivas desafían la capacidad de respuesta del gobierno municipal de Cuernavaca. Mucho se vanagloria Urióstegui cuando se trata de rechazar la adhesión de la SEPRAC al Mando Coordinado. Por eso y más razones le toca a la autoridad municipal cumplir con el mandato del 115 constitucional. Ya basta de salirse por peteneras.