NUEVAS PRESIONES DE TRANSPORTISTAS POR INCREMENTO TARIFARIO
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Viernes 23 de agosto de 2024
Quienes lo conocen dicen que cuando está frente a un espejo y ve reflejada su imagen, hace cara de “fuchi” porque, según él, “no soy mi tipo”. Así de negativo y contradictorio es Dagoberto Rivera Jaimes, presidente de la Federación Auténtica del Transporte (FAT), quien está generando un nuevo conflicto entre ese gremio y el gobierno estatal (el saliente y el entrante), pues pretende un incremento tarifario de 15 pesos por el cobro mínimo, lo cual ha sido rechazado por propios y extraños.
Dagoberto Rivera Jaimes repite, cual vil perico, que “los ingresos de los concesionarios son menores al 50 por ciento, lo que apenas les alcanza para el pago de combustible y el salario del chofer”. Por tal razón, arguyó, el cambio de vehículos para garantizar un mejor servicio no está dentro de sus planes a futuro. Infortunadamente para los usuarios del transporte público, eso mismo ha expresado Dagoberto Rivera Jaimes desde hace muchos años.
El estilo de Dagoberto para dirigir la Federación Auténtica del Transporte es mediante el falseamiento de la verdad y, desde luego, sus actitudes gansteriles. Durante las más de dos décadas que lleva como presidente de la FAT ha sacado raja personal mediante las presiones a los gobernadores en turno. Lo anterior le rindió, hasta cierto momento, lucrativos negocios y, obviamente, la disponibilidad de por lo menos 30 concesiones de rutas, las cuales consiguió mediante prestanombres. Su mejor época fue la era panista, con los gobernadores Sergio Estrada Cajigal y Marco Adame Castillo. En el sexenio 2012-2018, Graco Ramírez le pintó violines al non grato Dagoberto, y por eso se transformó en férreo opositor al régimen. Recuérdese, pues, su activísima participación, junto con el evadido ex rector de la UAEM, Alejandro Vera Jiménez.
Chantajes, extorsiones y amenazas le sirvieron durante algunos periodos históricos para conseguir, entre otras cosas, la impunidad que sigue gozando sobre un sector cuyos agremiados son explotados de manera vil, amén de títulos de concesión que tiene asignados a prestanombres (según se dice en el medio de los ruteros).
Más de dos décadas al frente de la Federación Auténtica del Transporte no han transcurrido en vano para quienes, desde la distancia, ven el lujo en que vive Rivera Jaimes. Lo conocen a la perfección, así como a presidentes de rutas adheridas a la FAT que le son incondicionales porque los tiene corrompidos. Pero nadie, entre los permisionarios íntegros y honestos, se atreve a protestar ni a exigir mejores condiciones laborales, porque Rivera Jaimes y la mayoría de presidentes de los derroteros (o rutas) son cómplices.
El IMSS haría bien en indagar a fondo la operación del transporte público aglutinado en la Federación Auténtica del Transporte. Encontrará gravísimas evasiones patronales y ausencia de seguridad social a centenares de trabajadores, explotados inmisericordemente. Esto, lamentablemente, se repite en otras organizaciones de transportistas con y sin itinerario fijo. El IMSS en Morelos se anotaría un enorme triunfo a su favor, si audita a fondo la situación de todas las rutas. Ni el mismísimo Dagoberto Rivera Jaimes aguantaría una revisión al pago de sus cuotas patronales, porque ¡no existen!