Operativos contra la venta de alcohol en Tepoztlán: ¿Orden público o freno al turismo?
La decisión del alcalde de Tepoztlán, Perseo Quiroz, de implementar operativos para regular la venta de bebidas alcohólicas en la vía pública refleja un esfuerzo por priorizar el orden y la seguridad en un destino turístico reconocido como Pueblo Mágico.
Entre los pros de esta medida, destaca la intención de preservar la calidad de vida de los residentes y mejorar la experiencia de los visitantes que buscan disfrutar de la riqueza cultural y natural de Tepoztlán, en lugar de un ambiente dominado por el consumo excesivo de alcohol. La regulación busca reducir problemas como el ruido, la obstrucción de espacios públicos y los conflictos sociales, como riñas, que suelen estar asociados al consumo descontrolado. Además, al enfocarse en el cumplimiento de normativas, como la prohibición de ventas cerca de escuelas, el municipio refuerza su compromiso con la protección de grupos vulnerables y el mantenimiento de un entorno seguro, algo que ha sido reconocido por autoridades estatales, como durante el Carnaval 2025.
Sin embargo, esta medida también presenta contras que podrían generar controversia. Por un lado, la restricción estricta de la venta de alcohol en la vía pública podría afectar a pequeños comerciantes que dependen de esta actividad para su sustento, especialmente en un municipio donde el turismo es un motor económico clave. La declaración del alcalde sobre no querer a turistas que solo buscan consumir alcohol podría interpretarse como un mensaje que desalienta cierto tipo de visitantes, lo que podría reducir la afluencia turística y, por ende, los ingresos de negocios locales. Según el propio Quiroz, el operativo no afectó el turismo, con más de 8,000 visitantes en un fin de semana, pero posts en redes sociales exponen críticas de que estas acciones podrían percibirse como un intento de limitar la actividad económica informal, lo que genera tensiones con comerciantes ambulantes.
Otro aspecto a considerar es el equilibrio entre regulación y libertad. Si bien el objetivo es mantener el orden, la implementación de medidas como clausuras o retiro de licencias generará rechazo entre los propietarios de negocios, especialmente si no se les ofrecen alternativas claras, como el cambio de giro comercial propuesto por el alcalde. La presión de más de 2,000 firmas de habitantes pidiendo regulación estricta indica un respaldo comunitario, pero también evidencia una polarización en torno al tema del alcohol, que podría complicar la cohesión social si no se manejan las sanciones con transparencia y equidad.
Los operativos de Perseo Quiroz representan un esfuerzo loable por mejorar la seguridad y el orden en Tepoztlán, pero deben ejecutarse con cuidado para no alienar a sectores económicos clave ni dañar la imagen del municipio como destino acogedor. La clave estará en encontrar un balance que permita regular el consumo de alcohol sin sofocar la economía local, ofreciendo alternativas viables a los comerciantes y manteniendo un diálogo abierto con la comunidad. Estas medidas, si se aplican con sensatez, podrían consolidar a Tepoztlán como un lugar donde la cultura y la seguridad prevalecen sobre el desorden, pero requieren una implementación estratégica para evitar efectos adversos a largo plazo.