PABLO GÓMEZ Y LAS VUELTAS QUE DA LA VIDA POLÍTICA
PERSPECTIVA
Por Marcos Pineda Godoy
Martes 5 de agosto de 2025
Ayer lo puntualizó de nueva cuenta la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, en la mañanera: desaparecer la representación proporcional en los cargos de elección popular, tal como lo había instruido Andrés Manuel López Obrador, el cinco de febrero de 2024, como parte de la batería de 18 reformas constitucionales, presentadas en el Teatro de la República.
Claudia Sheinbaum designó a Pablo Gómez Álvarez como operador e instrumentador de la iniciativa de reforma electoral que será presentada el próximo periodo ordinario de sesiones para ser discutida y aprobada en el Congreso de la Unión.
Gómez Álvarez, cinco veces legislador federal, cuatro de ellas por la vía plurinominal, en diferentes momentos no solamente apoyó y reconoció la inclusión de la figura de los plurinominales en el sistema electoral mexicano, como una forma de democratizar al país, incluyendo en la toma de decisiones a las minorías. Él mismo fue uno de los primeros seis diputados plurinominales de oposición, electos en 1978, llamados entonces diputados de partido, cuando fue dirigente y candidato por el Partido Popular Socialista.
Proveniente del movimiento estudiantil de 1968, visible líder en 1971, preso político y reiterada víctima de persecución por parte del sistema, Gómez Álvarez se convirtió en uno de los referentes de la izquierda opositora, no emanada de algún rompimiento en las filas del PRI. A diferencia de muchos otros morenistas, nunca militó en el Revolucionario Institucional. Como parlamentario, impulsó y defendió la generación de acuerdos y consensos, manifestando con énfasis la necesidad de tomar en cuenta las demandas de las minorías representadas en ambas cámaras del Congreso, a fin de democratizar la toma de decisiones en el país.
Ahora, las vueltas que da la vida, será el responsable de redactar un salto atrás de alrededor de 40 años de lucha democrática, de la que él mismo fue parte y protagonista. Imaginar a Pablo dando reversa en su discurso, combativo sí, pero incluyente también, para defender la eliminación de los plurinominales, que condenará a los partidos minoritarios desde su marginación hasta su extinción, haciendo posible que, con una minoría simple del total de la votación, el régimen pueda contar con el poder absoluto sobre las cámaras, resultará inverosímil.
Ahí va un ejemplo, con los números de la elección federal del año pasado. El régimen obtuvo 54% de la votación efectiva, es decir de los votos válidos depositados en las urnas, que, visto con más detalle, fueron el 36% del total del padrón electoral. Con ello, cuenta con alrededor del 74% de los legisladores federales. Una vez aprobada la reforma, Morena, por sí sólo, podría tener el 85 por ciento o más de las curules en ambas cámaras, con ese mismo 36% o menos del total de la lista nominal de electores. La oposición -y hasta los partidos aliados de Morena- como en la era hegemónica del PRI, se volverían completamente inocuos e intrascendentes.
Y PARA INICIADOS:
A propósito de Pablo Gómez, quien de haber podido pasar a la historia como un demócrata, inspirador de varias generaciones, está terminando su vida política como un esquirol del autoritarismo, ¿cómo se va a quitar de encima las críticas por haberse prestado a convertir a la Unidad de Inteligencia Financiera en un elefante blanco en el combate al lavado de dinero, pero en un alfil de la persecución contra los adversarios del régimen? Ojalá que las múltiples carpetas que dejó de investigar sean retomadas por quien será su sucesor, Omar Reyes Colmenares.
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