Padres de Rafael da Silva exigen justicia por el crimen de su hijo; Mauricio “N”, familiar de los dueños del Fraccionamiento Tabachines de Cuernavaca, seguirá preso
Los padres y familiares de Rafael da Silva claman que el asesinato de su hijo no quede impune. Francisco Mauricio “N”, conocido como “Paco”, nieto de Mauricio Urdante, quien fuera hasta su fallecimiento el año pasado poderoso propietario del Fraccionamiento y Club de Golf Tabachines de Cuernavaca, fue vinculado a proceso por el homicidio cometido la madrugada del 15 de abril de 2024, en Cuernavaca, Morelos.
Rafael y Francisco Mauricio eran amigos de años, pero la relación terminó en tragedia cuando “Paco”, con un historial delictivo que incluye agresiones incluso contra su propia madre, le arrebató la vida a Rafael con ocho disparos, uno de ellos un tiro de gracia en la nuca, además de heridas causadas por un machete. En un principio, este asesinato lo quisieron disfrazar de homicidio en defensa propia, dizque porque la víctima se había introducido al domicilio de “Paco” para robar, pero esa versión se cayó ante la impecable investigación de la Fiscalía General de Morelos.
Francisco Mauricio “N”, proveniente de una familia de empresarios influyentes ligados al Club de Golf Tabachines en Cuernavaca, había sido tolerado por Rafael pese a su comportamiento violento, que lo llevó a ser rechazado incluso por sus propios familiares. La madrugada del crimen, ambos se encontraban en unos departamentos de la colonia Reforma, donde, según las autoridades, habían estado conviviendo. La Fiscalía de Morelos aseguró en el lugar un arma de fuego y un machete, los cuales habrían sido utilizados en el homicidio.
La familia de Rafael desmiente la versión de Francisco Mauricio, quien alegó haber actuado en “legítima defensa” por un supuesto intento de robo. Insisten en que Rafael, su amigo de años, no tenía motivos para atacarlo, y que las familias de ambos mantenían una relación cercana. Las heridas de machete en el cuerpo de Rafael refuerzan la postura de que no se trató de un acto de defensa, sino de un crimen premeditado.
Rafael da Silva deja siete hijas menores de edad y a su pareja, madre de dos de ellas. Sus seres queridos exigen que el poder económico de la familia de Francisco Mauricio (la familia Urdaneta) no influya en el proceso judicial para lograr su libertad, como ocurrió en casos anteriores, incluida la agresión a su propia madre, de la cual salió exonerado. La sociedad morelense se suma al clamor de #JusticiaParaRafa, esperando que el responsable pague por este crimen atroz.
Con información de Verónica Bacaz/ Diario Presente de Morelos