REFORMA ELECTORAL: LA CEREZA DEL PASTEL
PERSPECTIVA
Por Marcos Pineda Godoy
Lunes 14 de julio de 2025
El siguiente gran debate sobre el futuro inmediato de la democracia mexicana ha iniciado. La reforma electoral. La quinta de su tipo, desde que fue creado en INE en la década de los noventa del siglo pasado.
Para unos, será un debate testimonial, sin posibilidad alguna de influir en lo que ya está decidido que será aprobado por las mayorías legislativas conformadas por Morena, Verde y PT. Para otros, es un debate necesario, que pudiera incluso ser fuente de reflexión para los aliados del partido gobernante, pues podría hasta ponerlos en riesgo ya no sólo de ser partidos marginales o satélite, sino desaparecer, mientras, garantizaría la permanencia de Morena en el poder, aunque las preferencias electorales a su favor se redujeran a un mínimo necesario, extinguiendo la representación de las minorías en los órganos legislativos.
Partamos de una premisa fundamental: si una persona o grupo anhela el poder solamente para sí y no está dispuesto a permitir la participación, activa y sustantiva, de las minorías, sino sólo como una oposición tan formal como intrascendente, no concibe a la democracia como una forma de vida, sino como un medio, un sistema, diseñado para concentrar el poder. ¿Esa es la democracia que queremos los mexicanos?
La primera señal del rumbo del sistema electivo es la forma de su propia confección. Si todo sigue como va, tal cual ha sido desde el inicio de las actuales legislaturas, esta reforma sería propuesta por el Ejecutivo sin la participación de los grupos opositores, ni de los académicos o los expertos en materia electoral, a diferencia de las cuatro anteriores en las que, por cierto, fueron incluidas las demandas de los partidos opositores, en forma paulatina, pero finalmente incorporadas, dando paso a la oportunidad de transitar hacia la democracia.
La segunda señal, igualmente, si todo sigue como va, sería el tratamiento en las Cámaras de Diputados y Senadores, donde se requerirá del voto de los aliados para lograr las mayorías calificadas. ¿Permanecerán en silencio y otorgarán su voto las bancadas del Verde y del PT a sabiendas de que esa reforma podría significar su extinción? ¿Serán capaces de enfrentar al sistema para pedir algunas modificaciones? Y si lo llegan a hacer ¿serán tomados en cuenta?
En otras colaboraciones trataré los temas específicos sobre la desaparición de los plurinominales, la reconfiguración del INE y la trascendencia de la nueva CURP. Por lo pronto, el régimen de la cuarta transformación ha llevado adelante ya casi todas las propuestas de reforma de Andrés Manuel López Obrador. La reforma electoral que viene es la cereza del pastel.
Y PARA INICIADOS:
De prosperar la reforma electoral federal, como seguramente sucederá, las legislaturas en los estados de la República estarían obligadas a adecuar los sistemas electorales locales. No habría forma de evadirlo, si siquiera porque se argumentara la autonomía y soberanía constitucionales. Los propios transitorios de la reforma en el Congreso de la Unión los dejarán sin margen de actuación, haciendo valer el principio de la Supremacía Constitucional. Entonces, hasta los más escépticos tendrán que darse cuenta de que no se ha tratado de reformas por separado, sino de un conjunto articulado, premeditado y calculado.
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