SANGRE EN LAS CALLES
OPINIÓN
Por Guillermo Cinta Flores
Viernes 30 de mayo de 2025
En octubre de 2013, escribí sobre los desafíos económicos y de seguridad que enfrentaba México, alertando sobre una realidad que se deterioraba. En 2022, al retomar ese texto, señalé que la situación había empeorado: la inflación erosionaba las finanzas familiares, la inseguridad pública crecía y la pandemia de COVID-19 no cedía. Hoy, en 2025, reviso nuevamente esta columna y los problemas fundamentales persisten con preocupante intensidad. La economía enfrenta un estancamiento, la violencia sigue azotando ciudades como Cuernavaca y las secuelas de la pandemia aún marcan el panorama. Analicemos, pues.
La anécdota histórica de la familia Rothschild durante la Batalla de Waterloo sigue siendo un poderoso símbolo. Nathan Mayer Rothschild, manipulando la Bolsa de Londres al vender acciones para generar pánico y luego recomprarlas a precios irrisorios, logró controlar la economía inglesa. Esta táctica de aprovechar crisis para obtener ganancias parece resonar en México hoy. La distress económica y la inseguridad benefician a unos pocos que adquieren activos a bajo costo. ¿Quiénes son? ¿Oportunistas o depredadores que explotan la coyuntura? No está claro, pero el patrón es evidente, como lo expresó el Barón de Rothschild: “Compra cuando haya sangre en las calles”.
LA REALIDAD ACTUAL
Cuernavaca, antaño un refugio vibrante, sigue atrapada en una espiral de estancamiento económico y violencia. Publicaciones recientes en redes sociales reflejan una situación alarmante: la inseguridad ha frenado la apertura de negocios y tiendas en la ciudad, según David López Jiménez, presidente de la Canaco Servytur Cuernavaca. Griselda Hurtado, presidenta del CCE Morelos, destaca que la inseguridad y los deficientes servicios públicos han reducido el turismo, un pilar económico clave. Incluso el obispo de Cuernavaca ha denunciado que el crimen organizado controla contratos y exige el visto bueno para operaciones gubernamentales, una “cruda realidad” que paraliza el desarrollo.
En el ámbito económico, México enfrenta un panorama complejo. Según el Banco Mundial, el crecimiento económico para 2025 se estima en apenas un 0.8% según Bank of America, o 1.3% según Moody’s, reflejando la incertidumbre por políticas comerciales de Estados Unidos, como los aranceles del 25% impuestos por Donald Trump, y la revisión del T-MEC. La economía mexicana creció solo un 0.6% en el primer trimestre de 2025, frente al 1.7% del mismo periodo en 2024, con una contracción del 1.4% en las actividades secundarias, como la manufactura, afectadas por el proteccionismo comercial. La informalidad laboral, que afecta al 54% de los trabajadores, sigue siendo un obstáculo para el crecimiento inclusivo.
En seguridad, los datos son igualmente preocupantes. A nivel nacional, la percepción de inseguridad creció del 58.6% en septiembre de 2024 al 61.7% en diciembre, según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del INEGI. En Cuernavaca, la violencia sigue siendo una constante: en un solo día de mayo de 2025, se reportaron múltiples incidentes con armas de fuego, incluyendo robos y homicidios en colonias como Teopanzolco y Lomas de Cortés. Los asaltos a cuentahabientes al salir de los bancos no cesan. Aunque el gobierno municipal reportó una reducción de 10 delitos de alto impacto entre mayo y junio de 2024, gracias a operativos coordinados con la SEDENA y la Guardia Nacional, la percepción ciudadana de inseguridad permanece elevada, afectando el tejido social y económico.
La pandemia de COVID-19, aunque menos dominante, dejó cicatrices profundas. La economía mexicana tardó hasta el segundo trimestre de 2022 en recuperar los niveles prepandemia, tras una contracción del 8.6% en 2020. Las muertes y comorbilidades asociadas al virus, sumadas a la violencia, siguen siendo una metáfora de la “sangre en las calles”: no solo física, sino también el sudor y las lágrimas de millones de mexicanos enfrentando la precariedad.
En este contexto, el adagio citado por Mario Borghino en 2022 —“Cuando te vendan, compra; cuando te compren, vende”— sigue vigente. La crisis ha devaluado propiedades y negocios en Cuernavaca, beneficiando a quienes tienen capital para adquirirlos a precios bajos. Sin embargo, la oportunidad del nearshoring, que podría impulsar la economía mexicana, se ve amenazada por la inseguridad y la incertidumbre regulatoria. Para que México y Cuernavaca salgan del “valle” económico, se necesitan políticas que fortalezcan el Estado de derecho, mejoren la seguridad pública y promuevan la inversión privada, especialmente en infraestructura y sectores estratégicos.
En conclusión, la sustancia de mi columna de 2013 y 2022 sigue siendo válida: las crisis económicas y de seguridad, agravadas por la recurrente problemática económica, han creado un entorno donde unos pocos prosperan a costa de muchos. En Cuernavaca, la inseguridad y la falta de desarrollo económico son obstáculos persistentes. Sin embargo, hay esperanza si se aprovechan oportunidades como el T-MEC y se implementan políticas efectivas. La sangre en las calles —literal y figurada— exige acción urgente para construir un futuro más justo y próspero.