SAPAC REDUCE DEUDA CON CFE, DE 279 MDP A 139
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Martes 29 de julio de 2025
En un esfuerzo por sanear las finanzas del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca (SAPAC), el Ayuntamiento de Cuernavaca firmó un convenio histórico con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) bajo el programa “Peso por Peso”. Este acuerdo, anunciado ayer lunes, reduce la deuda heredada de 279 millones de pesos, correspondiente al periodo 2018-2021, a 139 millones, aliviando significativamente la carga financiera del municipio. El esquema, impulsado por el alcalde José Luis Urióstegui Salgado, implica que por cada peso pagado por el Ayuntamiento y SAPAC, la CFE aportará otro, estructurando pagos mensuales de tres millones de pesos desde enero de 2025 hasta octubre de 2028, con un pago final de 1.78 millones.
Este logro, celebrado con la presencia de regidores y funcionarios de la CFE, refleja un intento serio por abordar un problema histórico, pero su éxito depende de que la administración cumpla rigurosamente con este compromiso financiero.
Sin embargo, el optimismo oficial debe mirarse con cautela. La deuda total del SAPAC, que asciende a unos 350 millones de pesos —incluyendo 139 millones a la CFE, 91 millones al IMSS, 33 millones al ICTSGEM, y casi 8 millones en laudos—, es un reflejo de años de negligencia y presunta corrupción en administraciones pasadas, como las de Cuauhtémoc Blanco y Antonio Villalobos. Aunque el convenio con la CFE y otro con el ICTSGEM (que redujo una deuda de 110 a 50 millones tras condonar intereses) son pasos en la dirección correcta, la viabilidad de estos planes enfrenta un obstáculo monumental: el SAPAC gasta 10 millones al mes en electricidad y enfrenta un déficit anual de 65 millones, con ingresos insuficientes para sostenerse.
Para que este “avance histórico” no se quede en un titular, el Ayuntamiento y SAPAC deben garantizar un cumplimiento impecable de los pagos, acompañado de una gestión transparente que evite repetir los errores del pasado.
El plan de pagos con la CFE, aunque bien estructurado, no resuelve los problemas estructurales del SAPAC. La infraestructura hídrica de Cuernavaca está colapsada, con tuberías que pierden agua y un servicio intermitente que frustra a los ciudadanos. Los cortes de luz por falta de pago y las protestas vecinales son síntomas de un organismo al borde del colapso, incapaz de generar los recursos necesarios para operar eficientemente.
El convenio “Peso por Peso” permitirá redirigir fondos a mejoras en la red hídrica, pero solo si el Ayuntamiento y SAPAC administran los recursos con disciplina y priorizan las inversiones en infraestructura sobre cualquier otra tentación. La ciudadanía merece claridad sobre cómo se financiarán estas cuotas sin comprometer otros servicios esenciales, y la administración debe demostrar que no está simplemente trasladando la carga financiera a futuras gestiones.
Además, persiste la sombra de la impunidad. De 69 denuncias por presuntos desvíos en el SAPAC, solo dos están judicializadas, dejando en el limbo acusaciones graves de pagos a empresas fantasma durante administraciones pasadas. Este contexto hace que la narrativa de “gestión responsable” suene frágil cuando no se acompaña de sanciones concretas contra los responsables. El Consejo Ciudadano de Morelos lleva años exigiendo justicia sin resultados tangibles, mientras los actuales funcionarios prefieren enfocarse en convenios que, aunque necesarios, no atacan la raíz de la corrupción que alimentó esta crisis.
Para que los cuernavacenses crean en estos “avances históricos”, el Ayuntamiento debe comprometerse a transparentar cada peso invertido y exigir cuentas claras a quienes saquearon el SAPAC, asegurando que el bienestar de los trabajadores y ciudadanos no quede sepultado bajo promesas vacías.
Así las cosas, el convenio con la CFE es un paso esperanzador, pero su impacto real dependerá de la capacidad del Ayuntamiento y SAPAC para cumplir con los pagos y abordar los problemas estructurales del organismo. La ciudadanía debe mantenerse vigilante, exigiendo transparencia y resultados tangibles, como la modernización de la red hídrica y el fin de la impunidad. QUE TODO SEA POR EL BIEN DE CUERNAVACA, como siempre hemos defendido, pero ese bien solo llegará con una gestión que combine compromiso financiero, acciones concretas y justicia. Sin estos elementos, la deuda seguirá siendo un elefante en la habitación, y los cuernavacenses continuarán pagando el precio de una crisis que no crearon.