SIN APOYO FEDERAL JAMÁS SE LIQUIDARÁ LA DEUDA DEL SAPAC
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Sábado 06 de julio de 2024
Este viernes 5 de julio de la presente anualidad, la directora general del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca (SAPAC), la abogada Evelia Flores Hernández, confirmó lo que se sabe desde hace mucho tiempo en torno a ese organismo público descentralizado: arrastra una deuda de alrededor de 300 millones de pesos, más lo que se acumule en días recientes. Absolutamente impagable. Le explico, amable lector.
Lo anterior cumple nuestros vaticinios plasmados en este espacio periodístico tras el triunfo de José Luis Urióstegui Salgado en julio de 2021, siendo candidato a presidente municipal de Cuernavaca. El viernes 30 de julio de ese año escribí que Urióstegui rendiría protesta el 1 de enero de 2022 sin tener señalamientos de corrupción. “Nadie ha difundido datos que lo proyecten como ladrón de recursos públicos. Al contrario: lo rodea una imagen impoluta y de integridad. Esos factores serán sus mejores herramientas para enfrentar, por ejemplo, la sempiterna corrupción del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca (SAPAC), organismo público descentralizado del Ayuntamiento, hoy inmerso en la peor crisis financiera de que se tenga memoria”.
Urióstegui había acompañado el martes 27 de julio de 2021 a Antonio Villalobos Adán, alcalde cuernavacense en funciones, durante un encuentro con altos directivos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), en donde corroboró que la deuda del SAPAC con esa empresa paraestatal ascendía a 263 millones de pesos. Según el edil electo, esa cifra era impagable, lo cual nosotros hemos dicho desde hace muchos años. El problema para Urióstegui es que su visión para buscar la solución al endeudamiento se quedó corta.
Según él, las reuniones con funcionarios de la CFE continuarían para encontrar la solución que, desde mi particular punto de vista, es pagar, a fin de que la Comisión no vuelva a cortar el suministro de electricidad en las fuentes de abastecimiento de agua de Cuernavaca. Indico que “hay voluntad” de la CFE para generar convenios (¿más?) con el SAPAC, “siempre y cuando no caiga en omisión de pago”.
Aquí está lo cabrón, gentiles lectores. Y según lo expresado este viernes por Evelia Flores Hernández, con el corte de la electricidad en las oficinas centrales del organismo, el conflicto con la empresa por la falta de pago continúa, siempre existiendo el riesgo de que vuelva a suspender el suministro de la energía en fuentes de abastecimiento de agua, como ha sucedido muchas veces, a pesar de existir amparos federales en favor del SAPAC para evitar esas drásticas acciones de la CFE.
El SAPAC, hablando en términos absolutamente realistas, está desde hace mucho tiempo en quiebra técnica, pues no tiene ingresos para liquidar sus deudas. Esto no es nuevo, pues data de hace varios lustros. Hoy en día los recursos que ingresan apenas alcanzan para sufragar los gastos de operación. Es decir: por más convenios que se firmen con la CFE, el SAPAC nunca podrá cumplir con los nuevos compromisos y calendarización de pagos. ¿De dónde saldrá la lana, papá?
El SAPAC siempre fue “la caja chica” de anteriores alcaldes y sus círculos de corruptos funcionarios, hasta que el escenario alcanzó niveles alarmantes de ingobernabilidad. Puedo asegurarles, sin exagerar, que las condiciones del SAPAC son ya un tema de seguridad nacional, ante lo cual debería intervenir el gobierno federal.
Para superar el gravísimo escenario financiero del SAPAC será necesaria la intervención del gobierno de la República ante la CFE. No habrá de otra. La grave problemática, de alguna forma u otra, deberá también recibir la atención de la gobernadora electa de Morelos, Margarita González Saravia, pues los conflictos sociales derivados de la falta de agua potable siempre están a la vuelta de la esquina.
En resumen: Cuernavaca necesita dinero, mucho dinero y no solo buenos deseos.