TEMIXCO: LA TORMENTA PERFECTA DE LA VIOLENCIA
AGENDA DIARIA
Por Guillermo Cinta Flores
Lunes 02 de junio de 2025
Temixco, Morelos, se ha convertido en un epicentro de violencia que estremece a sus habitantes y evidencia una crisis de seguridad desbordada. En apenas dos meses, el municipio ha sido escenario de una ola de crímenes que incluye homicidios, ataques armados y detenciones de figuras clave del crimen organizado, como la reciente captura de un líder de La Familia Michoacana. Los indicadores de una zona criminógena están presentes: pobreza, marginación, alta densidad de población joven y una percepción de inseguridad que permea colonias como Aeropuerto, donde un menor perdió la vida en un tiroteo. Estos factores, combinados con la falta de cohesión social y servicios públicos deficientes, convierten a Temixco en un caldo de cultivo para la delincuencia, como ya se advertía en estudios previos del Centro Nacional de Prevención del Delito.
El alcalde Israel Piña Labra enfrenta acusaciones graves que agravan la percepción de su incapacidad para controlar la situación. Christian Contreras Luna, exjefe de seguridad del municipio, lo señaló directamente por presuntos vínculos con el crimen organizado, acusándolo de ordenar pactos con grupos delictivos para atentar contra funcionarias del ayuntamiento, como la síndica Graciela Cárdenas y la regidora Adriana de la Cruz. Contreras, despedido tras negarse a tales acuerdos, también denunció corrupción en la Dirección de Tránsito y desvío de recursos municipales, afirmaciones que Piña no ha desmentido con claridad, limitándose a comunicados que justifican la remoción de Contreras por no aprobar controles de confianza. Esta opacidad refuerza la desconfianza ciudadana y sugiere una administración desbordada, incapaz de enfrentar la magnitud del problema.
La vulnerabilidad de Temixco no es nueva. Informes del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública muestran que el municipio lleva años en la lista de zonas con alto potencial delictivo, con estadísticas que reflejan un aumento en delitos como homicidio, extorsión y robo con violencia. La zona metropolitana de Cuernavaca, donde se inserta Temixco, ha sido señalada como un “hotspot” criminal, con condiciones sociales que facilitan el reclutamiento de jóvenes por parte de bandas delictivas. La falta de oportunidades educativas, servicios de salud y espacios culturales agrava esta dinámica, mientras que la presencia de grupos como La Familia Michoacana, que operan con impunidad, consolida el control del crimen organizado en barrios y comunidades.
Frente a esta crisis, la respuesta de Piña ha sido insuficiente y errática. Su propuesta de someter a exámenes de control y confianza a la policía municipal suena más a reacción desesperada que a una estrategia integral. La destitución de Contreras, lejos de apaciguar las críticas, ha encendido las alarmas sobre posibles encubrimientos, especialmente tras las acusaciones de enriquecimiento ilícito y nexos con el crimen. La ciudadanía, atrapada en el fuego cruzado, vive con temor: el 88% de los habitantes de municipios similares en la región reportan miedo generalizado a ser víctimas de un delito. Temixco no es la excepción, y la inacción del alcalde solo profundiza esta percepción de abandono.
Es hora de que las autoridades estatales, encabezadas por la gobernadora Margarita González Saravia, intervengan con decisión. Temixco no puede seguir siendo un campo de batalla donde el crimen organizado dicta las reglas y el gobierno municipal se limita a apagar incendios. Las denuncias contra Piña deben investigarse a fondo por la Fiscalía Anticorrupción y la Fiscalía General de la República, como propuso Contreras. Sin una estrategia que combine prevención, inteligencia policial y combate a la corrupción, Temixco seguirá hundiéndose en el caos. La población merece un gobierno que no solo “ponga orden”, sino que rompa de una vez por todas el pacto de impunidad que parece sostener esta tragedia.