Un criminal apodado “La Flaca” pudo ser el objetivo del ataque al bar “Los Cantaritos” de Querétaro, donde murieron 10 personas
En la noche del sábado 9 de noviembre, el bar “Los Cantaritos” en el centro histórico de Querétaro se convirtió en el escenario de una trágica masacre. Cuatro hombres armados irrumpieron en el establecimiento, abriendo fuego contra los comensales, lo que resultó en la muerte de 10 personas, entre ellas Fernando González Núñez, conocido como “La Flaca”, un presunto miembro del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Según fuentes oficiales, “La Flaca” era el principal objetivo del ataque, relacionado con actividades de robo de hidrocarburos y el reclutamiento de sicarios a través de redes sociales.
“La Flaca” había utilizado sus perfiles en redes sociales para exhibir su afiliación al CJNG, compartiendo imágenes donde se le veía con armas de fuego y chalecos tácticos, lo que podría haber facilitado su localización por parte de grupos rivales. En agosto del mismo año, había lanzado una “oferta” en línea para reclutar sicarios, prometiendo pagos semanales a quienes demostraran habilidad con armas de fuego. Este acto de exhibicionismo en plataformas digitales lo colocó en la mira de organizaciones criminales opuestas, como el Cártel de Santa Rosa de Lima, que se disputa el control territorial con el CJNG en la región.
El ataque no solo terminó con la vida de “La Flaca”, sino que también dejó al menos 13 personas heridas, provocando una ola de indignación y preocupación por la seguridad en Querétaro, una ciudad conocida por ser relativamente pacífica en comparación con otras regiones de México. Las autoridades han detenido a una persona relacionada con el ataque y han asegurado el vehículo utilizado por los agresores, que fue posteriormente incendiado. El gobernador Mauricio Kuri y el secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, están coordinando esfuerzos para esclarecer el caso y reforzar la seguridad en el estado.
La masacre en “Los Cantaritos” ha sido catalogada como un hecho sin precedentes para Querétaro, obligando a las autoridades a implementar medidas drásticas como inspecciones y posibles clausuras de negocios vinculados a operadores foráneos, además de incrementar la vigilancia y los operativos de seguridad en la ciudad. Este evento ha sacudido la percepción de seguridad en la región, recordando a la sociedad y a los visitantes la latente influencia del crimen organizado en áreas inesperadas.