UN PAÍS SIN TOLERANCIA AL ACOSO Y LA OPORTUNIDAD PARA MICHOACÁN

ANÁLISIS
Por Jorge Argüelles Victorero
Viernes 7 de noviembre de 2025
El reciente incidente en que la presidenta Claudia Sheinbaum fue víctima de acoso sexual representa mucho más que un hecho lamentable e indignante: es un mensaje demoledor sobre la normalización de la violencia de género en la vida pública, incluso en el nivel más alto del poder político mexicano
El reciente incidente en que la presidenta Claudia Sheinbaum fue víctima de acoso sexual representa mucho más que un hecho lamentable e indignante: es un mensaje demoledor sobre la normalización de la violencia de género en la vida pública, incluso en el nivel más alto del poder político mexicano. No puede ser visto como un simple “descuido” o anécdota. Se trató de acoso, en toda la extensión legal y social del término, y así debe ser nombrado y sancionado. Cuando la propia jefa del Estado mexicano —rodeada de cámaras y en compañía de su equipo— resulta vulnerable a una invasión tan flagrante, queda en evidencia el tamaño del reto para el resto de las mujeres mexicanas, mucho menos protegidas, que diariamente enfrentan situaciones similares e incluso más riesgosas.
Este hecho, además, exhibe un preocupante fallo en el esquema de seguridad presidencial. Es inadmisible que en pleno Centro Histórico y en ruta a un evento público, un agresor en estado inconveniente pueda aproximarse, tocar y agredir físicamente a la presidenta sin una intervención inmediata de la escolta oficial. Esto debe obligar a una profunda revisión de los protocolos de protección, no solo pensando en la figura presidencial, sino en la seguridad de cualquier mujer en el espacio público.
Por otra parte, Michoacán tiene frente a sí la oportunidad de romper un ciclo de noche perpetua. Decenas de comunidades llevan años cautivas de la violencia, del crimen organizado y de la ausencia estatal. El Plan Michoacán —si se implementa con eficiencia y voluntad política— representa una posibilidad real para abrir un horizonte de seguridad, justicia y bienestar social en una tierra demasiado acostumbrada al abandono institucional.
Además, el énfasis en mesas de diálogo, campañas educativas y becas para jóvenes es crucial: la paz no se decreta, se construye en las escuelas, las familias, los centros de trabajo y las comunidades. Si algo puede romper el círculo vicioso de violencia y abandono, es la potencia transformadora de la educación y la cultura arraigada en la identidad michoacana.
Así, concluuyo señalando que el acoso a la presidenta es intolerable y el Plan Michoacán es el recordatorio de que aún hay esperanza y voluntad política para reincorporar a toda una entidad -históricamente golpeada- al camino de la paz, la justicia y el bienestar. Yo pienso que no basta con declaraciones. La sociedad exige resultados: que el Estado garantice que jamás una ciudadana, y mucho menos su presidenta, vuelva a ser acosada en público; y que finalmente, Michoacán transite de la inseguridad y la zozobra al bienestar y la paz social. Ambos asuntos son una oportunidad más para demostrar de qué está hecho el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum.
POR: JORGE ARGÜELLES VICTORERO
COLABORADOR
@JORGEARGUELLESV
LINK CON EL ARTÍCULO ORIGINAL EN EL HERALDO DE MÉXICO
https://heraldodemexico.com.mx/opinion/2025/11/7/un-pais-sin-tolerancia-al-acoso-la-oportunidad-para-michoacan-743473.html
