UN PASO FIRME CONTRA LA TRATA DE PERSONAS EN MÉXICO Y MORELOS
LA CRÓNICA DE MORELOS. Domingo 22 de junio de 2025.
EDITORIAL
La reciente participación de la Dirección General de Derechos Humanos, de la Secretaría General de Gobierno de Morelos, en la reunión virtual del Centro Internacional de Estudios Superiores (CIES) para dar continuidad al “Programa Nacional para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas 2025-2030” representa un esfuerzo significativo en la lucha contra uno de los delitos más graves que afectan a nuestra sociedad.
La trata de personas, una forma moderna de esclavitud, vulnera los derechos fundamentales de miles de víctimas, especialmente de los sectores más desprotegidos. La construcción de este programa nacional, con la colaboración de las 32 entidades federativas, refleja un compromiso colectivo para abordar un problema estructural que requiere soluciones integrales y coordinadas.
La intervención de Fernando Bizarro González, director general de Derechos Humanos, destaca por su enfoque en atacar las causas estructurales de la trata de personas a través de campañas de difusión y capacitación que evitan estereotipos. Este planteamiento es clave, pues no solo busca visibilizar la complejidad del delito, sino también empoderar a la sociedad para que reconozca sus manifestaciones y actúe mediante la denuncia. Al priorizar mensajes educativos y respetuosos, el gobierno estatal demuestra una intención de transformar la percepción pública sobre la trata, promoviendo una cultura de prevención y responsabilidad compartida.
La promesa de un trabajo coordinado entre los tres órdenes de gobierno, como expresó Bizarro González, es un pilar fundamental para el éxito de estas iniciativas. La trata de personas trasciende fronteras locales y exige una respuesta unificada que combine políticas públicas efectivas, recursos suficientes y un enfoque centrado en las víctimas. La participación de figuras como Claudia Galindo de la Rosa y Daniela Gómez Romo, de la Secretaría de Gobernación, subraya la relevancia de alinear esfuerzos a nivel nacional, asegurando que las estrategias sean coherentes y se traduzcan en resultados concretos.
Sin embargo, el desafío es enorme. La efectividad del programa dependerá de su implementación, del seguimiento riguroso y de la asignación de recursos adecuados. La sociedad civil, las organizaciones no gubernamentales y los medios de comunicación también deben sumarse a esta cruzada, vigilando que los compromisos asumidos no queden en el papel.
El “Programa Nacional 2025-2030” es una oportunidad para sentar las bases de un México libre de trata de personas, pero su éxito requerirá del esfuerzo sostenido de todos los sectores. Es hora de convertir las palabras en acciones y garantizar que las víctimas encuentren justicia, protección y una verdadera oportunidad de reconstruir sus vidas.