UN RESPIRO PARA CUERNAVACA: EL REFINANCIAMIENTO DE SAPAC COMO TABLA DE SALVACIÓN
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Jueves 22 de mayo de 2025
En un movimiento que podría marcar un antes y un después para la capital de Morelos, el Congreso estatal dio luz verde a la solicitud del municipio de Cuernavaca para refinanciar la deuda que arrastra el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado (SAPAC) con la Comisión Federal de Electricidad (CFE). La decisión, aprobada este miércoles en la sesión ordinaria de la LVI Legislatura, no solo ofrece un alivio financiero, sino que pone sobre la mesa una verdad incómoda: la histórica ineficiencia administrativa que ha llevado al organismo al borde del colapso.
El convenio aprobado permitirá a Cuernavaca acogerse al programa “Peso a Peso”, una oportunidad para liquidar un adeudo que asciende a la astronómica cifra de 279 millones 587 mil 884 pesos. Gracias a este esquema, el municipio saldaría la deuda pagando solo la mitad —139 millones 793 mil 942 pesos— en 48 mensualidades que se extenderán hasta diciembre de 2028. Sin embargo, este plazo supera el periodo constitucional del actual ayuntamiento, lo que obligó a que la solicitud pasara por el escrutinio del Congreso, asegurando así el cumplimiento de los principios legales establecidos en la Constitución Mexicana, la Ley Orgánica Municipal y la Ley de Deuda Pública de Morelos.
La relevancia de esta medida trasciende los números. Durante años, SAPAC ha sido un reflejo de la mala gestión pública: una institución que, en lugar de garantizar un servicio esencial como el agua potable, ha acumulado deudas que comprometen su operatividad. La crisis no es nueva; es el resultado de una administración ineficiente que ha dejado a Cuernavaca en una posición vulnerable. La deuda con la CFE, generada por el impago del suministro eléctrico necesario para operar la infraestructura hídrica, es solo una de las muchas señales de alerta que han encendido las luces rojas en el municipio.
El programa “Peso a Peso” representa una tabla de salvación, pero no una solución definitiva. Si bien el refinanciamiento permitirá a SAPAC aliviar la presión inmediata, el verdadero desafío radica en transformar la gestión del organismo para evitar que esta historia se repita. La autorización del Congreso es un paso hacia la estabilidad, pero también una advertencia: sin una reforma profunda en la administración de SAPAC, Cuernavaca seguirá atrapada en un ciclo de crisis financieras que afectan directamente a los ciudadanos.
Este acuerdo no implica adquirir nuevas deudas, como bien se subraya en el dictamen. Se trata de reestructurar una obligación preexistente, de cumplir con una empresa pública como la CFE, que provee un servicio crítico para el funcionamiento del sistema de agua. La claridad legal de la solicitud, respaldada por artículos constitucionales y leyes estatales, refuerza la legitimidad del proceso, pero también pone el reflector sobre la necesidad de garantizar transparencia y rendición de cuentas en la ejecución de este plan.
La ciudadanía de Cuernavaca merece un SAPAC eficiente, capaz de proveer agua potable sin que su operatividad esté constantemente en riesgo. La aprobación de este refinanciamiento es una oportunidad para sanear las finanzas del organismo, pero también un recordatorio de que las soluciones de fondo requieren voluntad política, gestión responsable y una visión de largo plazo. Por ahora, el Congreso ha dado un paso en la dirección correcta, pero el camino hacia la sostenibilidad de SAPAC apenas comienza. La pelota está ahora en la cancha del ayuntamiento: es momento de demostrar que esta oportunidad no será desaprovechada.
Aquí deseo hacer una reflexión adicional bajo el siguiente tenor. La introducción de nuevas redes de tuberías para agua y drenaje en Cuernavaca es una inversión crucial, pero su impacto en el suministro de agua para las colonias sigue siendo limitado, lo que pone en evidencia la necesidad de una reingeniería integral del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca (SAPAC).
Esta reestructuración debe abordar las ineficiencias administrativas que han llevado al organismo a acumular una gigantesca deuda con la Comisión Federal de Electricidad (CFE), ahora mitigada mediante el refinanciamiento aprobado por el Congreso de Morelos a través del programa “Peso a Peso”. Este acuerdo permitiría asegurar la continuidad del suministro eléctrico necesario para operar la infraestructura hídrica, incluyendo las nuevas tuberías.
Sin embargo, el alivio financiero no resuelve los problemas estructurales del SAPAC, como la mala gestión que ha impedido que las inversiones en nueva infraestructura se traduzcan en un servicio confiable. Una reingeniería efectiva debe optimizar procesos, garantizar transparencia en el uso de recursos y priorizar el mantenimiento de las redes para que los ciudadanos de Cuernavaca, especialmente en las colonias más afectadas, reciban el agua que merecen. Sin esta transformación, el refinanciamiento será solo un parche temporal, y las nuevas tuberías seguirán sin cumplir su propósito de mejorar la calidad de vida en la capital de Morelos. Por lo pronto, las nuevas líneas de distribución de agua no han demostrado su eficiencia, pues la mayoría de colonias de Cuernavaca padecen la falta del vital elemento. Los ciudadanos y usuarios del SAPAC seguimos contratando pipas que, en todas las empresas porteadoras, tienen largas filas de espera.