UNA INICIATIVA NECESARIA, PERO CON RETOS POR DELANTE
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Martes 22 de abril de 2025
La propuesta de la gobernadora de Morelos, Margarita González Saravia, para ampliar la autopista México-Cuernavaca y regular prácticas riesgosas como las fotografías de motociclistas es un paso audaz hacia la modernización de una vía crucial para la conectividad y el turismo en el estado.
La saturación de la autopista en periodos vacacionales no es un problema nuevo; refleja el crecimiento del parque vehicular y la importancia de Morelos como destino turístico. Plantear esta ampliación al gobierno federal demuestra una visión estratégica, pues una infraestructura más robusta no solo aliviaría los congestionamientos, sino que podría impulsar la economía local al facilitar el traslado de visitantes y mercancías. Sin embargo, el éxito de esta iniciativa dependerá de un diseño técnico sólido y de una ejecución transparente.
La intención de prohibir prácticas como las fotografías de motociclistas es igualmente loable, ya que aborda un problema de seguridad vial que, aunque puede parecer menor, tiene consecuencias graves. Estas conductas no solo generan embotellamientos, sino que incrementan el riesgo de accidentes en una autopista ya de por sí congestionada. La combinación de regulación y campañas de concientización propuesta por la gobernadora es un enfoque sensato, siempre que se implemente con claridad y sin estigmatizar a los motociclistas responsables. No obstante, será crucial que las autoridades definan sanciones justas y refuercen la vigilancia con recursos suficientes, evitando que la medida quede en un simple anuncio.
Por otro lado, la ampliación de la autopista plantea desafíos significativos que no deben subestimarse. Proyectos de esta magnitud requieren estudios exhaustivos de impacto ambiental, consultas con comunidades aledañas y un financiamiento considerable, lo que podría generar tensiones si no se maneja con transparencia. La historia de infraestructura en México está llena de ejemplos de obras que enfrentan oposición por falta de planeación o por priorizar intereses económicos sobre los sociales y ecológicos. Un ejemplo lo tuvimos durante años en la que ahora es la gran Autopista La Pera-Cuautla. La gobernadora deberá garantizar que el proyecto incluya a todos los actores involucrados y que se equilibren las necesidades de movilidad con la protección del entorno natural de Morelos.
En concreto, la iniciativa de González Saravia es un reconocimiento necesario de los límites de la autopista México-Cuernavaca y de los riesgos que ciertas prácticas conllevan. Sin embargo, su viabilidad dependerá de la capacidad del gobierno estatal para articular un proyecto inclusivo, sostenible y bien financiado, en colaboración con el gobierno federal. Si se logran superar los retos técnicos, sociales y ambientales, esta propuesta transformará la conectividad de Morelos y consolidar su posición como un destino clave en el centro del país. Por ahora, es una apuesta ambiciosa que merece atención y un escrutinio cuidadoso.