Urgen cambios en políticas de desarrollo urbano de Cuernavaca para proteger los pulmones verdes de la ciudad: Flora Guerrero
LA CRÓNICA DE MORELOS. Viernes 22 de noviembre de 2024.
Flora Guerrero, fundadora de la organización no gubernamental (ONG) Guardianes de los Árboles, ha alzado la voz sobre un problema creciente en Cuernavaca y sus alrededores: la depredación de áreas boscosas para dar paso a la expansión inmobiliaria. Guerrero enfatiza que esta tala indiscriminada no solo afecta la estética de la ciudad, conocida por su clima y vegetación, sino que también compromete seriamente la salud ambiental y la calidad de vida de sus habitantes. La declaración de Guerrero subraya la necesidad de un cambio urgente en las políticas de desarrollo urbano para proteger los pulmones verdes de la ciudad.
La construcción de nuevos desarrollos inmobiliarios en áreas boscosas se ha vuelto una práctica común en Cuernavaca, lo que ha llevado a una reducción dramática en la cantidad de árboles y espacios verdes. Según Guerrero, la falta de regulación y la omisión de las autoridades permiten que este proceso se desarrolle sin consideración por el ambiente, ignorando las leyes de protección ambiental y los estudios sobre la importancia de los árboles para mitigar el cambio climático y el calor urbano.
La desaparición de áreas verdes no solo afecta el medio ambiente, sino también la comunidad. Los espacios naturales en la ciudad son esenciales para el esparcimiento, la salud mental y la biodiversidad. Guerrero señala que esta pérdida de árboles afecta directamente la capacidad de la ciudad para absorber CO2, regular la temperatura y purificar el aire. Además, la falta de vegetación puede llevar a problemas como inundaciones y erosión, lo cual impacta especialmente a las zonas residenciales cercanas a las áreas de desarrollo.
Flora Guerrero hizo un enérgico llamado a las autoridades y a la comunidad de Cuernavaca para que se tomen medidas inmediatas para detener la depredación forestal. Propone la implementación de políticas de desarrollo sostenible, el respeto a las zonas protegidas y la restauración de áreas dañadas. Guerrero también aboga por la educación ambiental y la participación ciudadana activa, sugiriendo que la ciudadanía puede ejercer presión para que se cumplan las normativas ambientales y se priorice la conservación de la naturaleza en los planes de desarrollo urbanístico.