VENCEDORES Y PERDEDORES: ESCENARIOS
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Lunes 16 de octubre de 202
El proceso electoral del 2 de junio de 2024 se acerca a velocidad vertiginosa. A estas alturas del juego político, con una visión retrospectiva hacia los comicios de 2018, me atrevo a asegurar que casi nadie se acuerda de ellos. Sin embargo allá y entonces hubo vencedores y perdedores, como, respecto al caso del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), están a la vista sobre la actual arena política morelense.
De los comicios desarrollados en 2018 emanaron los diputados adscritos al Congreso local, que bien pudieron concluir en 2021 o decidieron no permanecer ahí para contender por otro cargo de elección, u optaron por buscar la reelección. Y también fueron electos los presidentes municipales que rindieron protesta el primer día de 2019 junto con sus cabildos, pero que, tocante a los comicios de 2021, también buscaron la reelección, consiguiéndolo. Las mismas circunstancias rodearon a diputados federales por Morelos, no así en torno a los senadores que, en 2024, tendrán posibilidad de trabajar por la reelección. Me parece que ese será el caso de la senadora Lucía Meza Guzmán, si es que así lo decide y le dan anuencia en la cúpula nacional de Morena, en el equipo de Claudia Sheinbaum Pardo y, desde luego, en Palacio Nacional.
Este lunes se realizará un “encuentro cumbre” entre un enviado del Comité Ejecutivo Nacional de Morena y/o de la Comisión Nacional de Elecciones con las tres mujeres y los tres hombres que fueron seleccionados para participar en la encuesta de preferencias, misma que se iniciará de un momento a otro y tendrá su punto culminante el 30 del mes en curso, cuando se dará a conocer el nombre de quien presidirá la Coordinación de Defensa de la Cuarta Transformación en Morelos. Será la mujer o el hombre que en los términos electorales constitucionales se convierta en candidata o candidato morenista a la gubernatura.
El emisario del CEN morenista traerá los lineamientos que los seis aspirantes deberán acatar durante la aplicación de la famosísima encuesta de preferencias. En su momento daremos a conocer de qué se tratarán esos dictados. Pero quien venga de parte de la dirigencia nacional morenista también deberá poseer capacidad de inclusión y pericia para evitar alguna escisión en el partido, si es que alguien pretende brincar de Morena a otro instituto político. Lo deseable es que no, porque la división no le favorecería a la marca. Tan solo con la simple marca, Morena no gana. Necesita a todos y cada uno de los 31 aspirantes que respondieron a la convocatoria para participar en las encuestas de reconocimiento. Todos serán importantes.
De ahora en adelante, todos deberán adquirir conciencia y fuertes convicciones de que participarán, en sus respectivos ámbitos, en la reforma institucional exigida por la ciudadanía morelense, la cual no puede hacerse por mero voluntarismo político o cambios planificados, ni por decreto. Lo que estará en juego son las reglas estructurales de la acción colectiva, nuevos modelos mentales, valores, actitudes, capacidades y equilibrios de poder.
Quienes se nieguen a lo anterior estarán condenados a repetir la historia muchas veces constatada por la ciudadanía local: escenarios de confrontación, con procesos extraordinariamente difíciles para los actores involucrados. Será indeseable que por un lado se decanten quienes ya se proyectan como ganadores o resulten ganadores, ante lo cual pagarán un alto costo de desasosiego. Y por el otro veremos a los perdedores, con sacrificios inevitables.