Viralización de la violencia: el fenómeno de los videos de peleas en redes sociales
Las redes sociales, en particular plataformas como Twitter, han visto un incremento en la difusión de contenido violento, especialmente videos que muestran a hombres golpeándose.
Este fenómeno, que ha captado la atención de millones de usuarios, plantea preguntas sobre las motivaciones detrás de su viralidad y el impacto que tiene en la percepción de la violencia. A través de factores como el sensacionalismo, la búsqueda de notoriedad y la normalización de conductas agresivas, este tipo de contenido ha encontrado un espacio en el ecosistema digital, generando preocupación sobre sus efectos tanto en la audiencia como en las dinámicas sociales.
Las redes sociales priorizan contenido que genera reacciones rápidas, como asombro, indignación o morbo. Los videos violentos suelen captar la atención de los usuarios, aumentando su potencial para volverse virales. Las plataformas tienden a fomentar este tipo de interacción debido a los algoritmos que premian el engagement (comentarios, likes, compartidos).
En algunos sectores de la sociedad, la violencia entre hombres es vista como una forma de “resolver” conflictos o de demostrar fortaleza. Esta representación de la masculinidad puede contribuir a la popularización de este tipo de videos, donde se valora la agresión física como un símbolo de poder o control.
La exposición constante a contenido violento en los medios y redes sociales puede llevar a la normalización de estas conductas, haciendo que se perciban como algo común o incluso “entretenido”, especialmente entre ciertos grupos de usuarios.
Algunas personas suben estos videos buscando fama, likes o seguidores, aprovechando la naturaleza viral de este tipo de contenido. El hecho de que sean compartidos, aunque sea con indignación, contribuye a su visibilidad.
A pesar de que las plataformas como Twitter tienen políticas contra la violencia explícita, en muchos casos el contenido no se modera o elimina de manera eficiente, lo que permite que estos videos se mantengan en circulación.
Este fenómeno puede tener efectos negativos, ya que refuerza comportamientos violentos y trivializa las consecuencias de la violencia física, además de impactar en la salud mental de quienes consumen este contenido.