LOS TRÁNSFUGAS EN MORENA-MORELOS
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Lunes 22 de enero de 2024
Este fin de semana se difundió profusamente un comunicado emitido y firmado por Johann Moreno Gutiérrez, Enlace de Promoción del Comité Ejecutivo Nacional de Morena en Morelos, donde se informó sobre la renuncia de María de la Luz Villa Figueroa, ahora ex secretaria de Organización del partido guinda en nuestra entidad, y Arnulfo Montes Cuén, sedicente militante del mismo instituto político. Es importante subrayar que ambos dimitieron anticipándose a la expulsión de que serían objeto por respaldar a candidatos de partidos opositores a Morena.
Entre otras cosas, el comunicado señaló que “los intereses de los involucrados, quienes se decían militantes del movimiento, claramente no están alineados con los del pueblo, sino más bien por motivaciones personales de buscar el poder para beneficio propio”. Y agregó:
“¡A los compañeros y simpatizantes les decimos que no se preocupen, su convicción, su trabajo y respaldo reflejado en los comités no están a la venta! Estos se encuentran resguardados en sistema y son, y serán parte del triunfo de nuestro movimiento en Morelos y México. En Morena reafirmamos nuestro compromiso con los principios inculcados por nuestro líder Andrés Manuel López Obrador: No Mentir, No Robar y No traicionar al Pueblo. Perfiles que violan estos preceptos no tienen cabida en nuestra organización”.
Hasta aquí lo establecido por el susodicho comunicado. Empero, en este contexto es importante volver a referirse a la conducta de los tránsfugas de la política morelense, a escasos meses de que se desarrolle La Madre de Todas las Elecciones, el 2 de junio de 2024. He escrito infinidad de columnas advirtiendo sobre la aparición de los infaltables saltimbanquis de la política estatal. Lo hemos visto cada tres y seis años y no veo ninguna razón por la cual no vayan a surgir en el actual proceso electoral. De hecho, ya están sobre la palestra pública.
El proceso electoral les ofrece la oportunidad para volver a incrustarse en la ubre pública. Y podrán externar infinidad de argumentos en aras de justificar su proceder, pero quienes decidieron abandonar las filas de un partido e incorporarse a otro, o respaldar a candidatos que antes fueron sus opositores, revelan gran frustración por no haber sido escogidos como candidatos a algún cargo de elección popular y los proyecta como tránsfugas. Esa es su verdadera esencia.
Habrá quienes digan que la traición en la política no es nada nuevo, y quizás tengan razón, pero la conducta de ciertos personajes llama la atención en un contexto donde prevalecen más los intereses económicos que la ideología o los fundamentos de la ciencia política.
Les recomiendo un libro que ayuda a interpretar algunas de las determinaciones de nuestros políticos con respecto a la traición, palabra que tiene como sinónimos a las siguientes: deslealtad, alevosía, infidelidad, engaño, felonía, ingratitud, infamia, vileza, insidia, delación, perjurio, conjura, etcétera. La obra se titula “Elogio de la Traición”, de Denis Jeambar e Ives Roucate (franceses), articulista de “L’Express” y maestro de filosofía de la Universidad de Pitiers, respectivamente. Nos remontan a Sófocles: “La traición y la negación son el meollo del arte político”; a Maquiavelo: “Los príncipes que han sido grandes no se esforzaron en cumplir su palabra”; y a Bacon: ”Quien se niega a aplicar remedios nuevos, debe aprestarse a sufrir nuevos males, porque el tiempo es el mejor innovador de todos”. La “democracia” se caracteriza por la traición. Sin embargo, quienes traicionan ya se inmunizaron ante la crítica. Sobreviven gracias a repetirse que el porvenir pertenece a los traidores.
Como probables causas de la conducta de los tránsfugas encontramos las siguientes: deficiente sistema de partidos y crisis en los mismos; falta de mejores normas para las organizaciones políticas; ausencia de canales de comunicación e información entre los representantes populares y sus representados; pobre nivel de desarrollo y fomento de la cultura política; excesiva proliferación de políticos improvisados; nulo nivel ideológico en los partidos; ambición de grupos o personal; intereses electoreros; estrategias anticipadas de los tránsfugas; oportunismo; falta de resistencia política, y poca identidad dentro de un sistema político. Y ahí vienen de nuevo, señoras y señores.