JUAN FRANCISCO SICILIA ORTEGA
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Miércoles 23 de agosto de 2023
El laureado poeta y escritor mexicano Javier Sicilia Zardaín marcó el 5 de abril de 2011 una fecha fatal para que la entonces denominada Procuraduría General de Justicia (PGJ), a cargo de Pedro Luis Benítez Vélez, esclareciera el asesinato de siete personas localizadas el 28 de marzo del mismo año frente al acceso del fraccionamiento “Brisas de Cuernavaca”, entre quienes se encontraba su hijo Juan Francisco Sicilia Ortega, de tan solo 24 años de edad. Desde luego, tal esclarecimiento abarcaba la aprehensión, consignación, proceso penal y sentencia contra los asesinos.
Dicho plazo vencía el 13 de abril de 2011. Cabe recordar que el multihomicidio gestó una gran movilización social y la inestabilidad política que nos recordaba las manifestaciones de 1997-1998 previas a la defenestración del gobernador Jorge Carrillo Olea. Para el tiempo de los asesinatos, atribuidos al presunto cártel del Pacífico Sur, el gobernador era Marco Adame Castillo, quien se tambaleó y solo fue apuntalado por el presidente de la República, Felipe Calderón, quien intervino personalmente para lograr la captura de los criminales que ejecutaron a las siete víctimas en una casa de Jiutepec.
Actores políticos y sociales de Morelos y otros estados se sumaron a Javier Sicilia y fue así como nació el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad. Una de sus más recordadas manifestaciones fue la gran marcha a pie hacia la Ciudad de México, el 5 de mayo de 2011, para exigirle a los gobiernos federal y estatal la captura de los asesinos y el esclarecimiento de los hechos.
Allá y entonces escribí que lo peor para políticos y funcionarios públicos es que alguien les fije términos específicos, fechas fatales. No lo soportan, pues los somete al desafío de demostrar si son o no aptos para continuar en una delicada responsabilidad oficial. Las más fuertes presiones las apechugó Pedro Luis Benítez Vélez, aunque la resaca la vivió en forma intensa el gobernador Adame Castillo. Solo la protección de Felipe Calderón evitó su caída, tal como la constatamos con Carrillo Olea en 1998.
Han pasado alrededor de 12 años desde aquellos lamentables hechos y fue así como llegamos a este martes, cuando en la conferencia de prensa mañanera del presidente López Obrador, el subsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Luis Rodríguez Bucio, denunció al juez Ernesto Vladimir Tavera Villegas, ya que emitió una sentencia absolutoria a favor de seis de los presuntos secuestradores y asesinos de Juan Francisco Sicilia Ortega y seis personas más. Rodríguez Bucio explicó que el juez segundo de Distrito de Procesos Penales Federales de Tamaulipas dictó sentencia absolutoria en favor de seis presuntos secuestradores.
Tavera Villegas ordenó la libertad respecto del delito de privación ilegal de la libertad en su modalidad de secuestro. Los implicados fueron: José Mario ”N”, Feliciano ”N”, Manuel ”N”, José Carlos ”N”, Mario Omar ”N” y Javier ”N”, quienes trabajaban como meseros en un bar llamado “Bar Obsesión”, en Temixco, Morelos, al que había acudido Juan Francisco el 28 de marzo de 2011 y cuyo gerente ordenó que lo levantaran y ejecutaran “a cambio de 300 mil pesos”. Otros seis implicados en aquellos hechos ya fueron sentenciados con condenas que fluctúan entre los 10 y 60 años de prisión. Es importante subrayar que en realidad, las víctimas acudieron a un bar de Jiutepec y de ahí fueron secuestrados para ser trasladados a un fraccionamiento de la misma localidad. Seis hombres y una mujer fueron asfixiados.
¿Qué sucedió realmente con los ahora liberados? No lo sabemos, pero quedará siempre la enorme duda sobre la decisión asumida por un juez federal, agregado ya por la Presidencia de la República entre los funcionarios corruptos del Poder Judicial federal.