GOBIERNO TRANSVERSAL Y GOBERNABILIDAD
ANÁLISIS
Por Guillermo Cinta Flores
Viernes 11 de octubre de 2024
El tiempo avanza y el gobierno de Morelos, a cargo de Margarita González Saravia, propugna la consecución de mil acciones en el lapso de 100 días, según lo ha expresado la propia mandataria en varias de sus giras por el interior morelense.
En tal contexto creo importante subrayar que la titular del Poder Ejecutivo no es ninguna todóloga. Si bien es cierto que desde su más alta investidura tiene la obligación constitucional de coordinar el esfuerzo de los morelenses y mantener la gobernabilidad, también es verdad que no está sola en tan delicada responsabilidad. Por eso existen los gabinetes legal y ampliado.
Es aquí donde, teóricamente, debe demostrarse la existencia de un gobierno transversal, es decir, una administración que se caracteriza por la coordinación y colaboración entre diferentes áreas, sectores y niveles del gobierno para abordar problemas y políticas de manera integral y más eficiente. En este contexto, la operación del gobierno no se ejecuta de manera aislada, sino mediante la colaboración intersectorial.
La resultante de este trabajo transversal, coordinado, impactará favorablemente en los elementos de la gobernabilidad, a la cual me he referido muchas veces en este espacio periodístico. A continuación, retomaré parte de anteriores columnas, haciendo hincapié en la necesidad de mantener los elementos de la gobernabilidad. A través de los medios, los comunicadores estamos obligados a servir como escrutadores para evaluar el desempeño del gobierno en términos de efectividad, calidad de la administración pública, participación ciudadana y el respeto a los derechos humanos, entre otros factores.
Primero me referiré a la efectividad gubernamental, la cual se vincula a la calidad de los servicios públicos, la independencia de la administración pública, la formulación e implementación de políticas, y la autoridad del gobierno para llevarlas a cabo.
Luego tenemos la eficiencia de la administración pública, a través de los accesos a servicios básicos como son la salud, la educación, la infraestructura, etcétera.
Surge entonces la capacidad para implementar políticas públicas, mediante la adecuada profesionalización y transparencia en el servicio público.
El Estado de derecho, a través del respeto y cumplimiento de las leyes y la justicia en una sociedad, así como la independencia judicial y la seguridad pública.
Se suman entonces otros elementos, como la confianza en el sistema judicial, el cumplimiento de contratos y derechos de propiedad, controlar los niveles de criminalidad y violencia, el fortalecimiento de la justicia y el acceso a mecanismos de defensa legal, la transparencia con rendición de cuentas y lucha contra la corrupción.
Es importante hacer hincapié en el control de la corrupción, lo cual reflejará el nivel en que el poder público podría ser utilizado para beneficio privado. Aquí surge la prevalencia de sobornos y prácticas corruptas, pero en el mismo plano se mide la efectividad de las medidas anticorrupción.
Podría seguir citando indicadores, pero eso lo haré en una columna posterior.
Empero, es importante subrayar el impacto de la erosión de la figura gubernamental en el paso del tiempo. Margarita González Saravia proyecta ser una gobernadora fuerte, con gran respaldo de la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo. Esto deberá comprobarse mediante la ejecución de proyectos importantes de infraestructura. Y la propia González Saravia, de manera gradual y ascendente, se ha colocado al frente de una política de reconciliación, con apertura del gobierno a propios y extraños sin que importen las ideologías. Esta es la mayor fortaleza de Margarita: ser una mandataria sin prejuicios ni afanes revanchistas. Su estilo personal de gobernar es el de una estadista. Falta ahora por ver la acción de TODOS sus colaboradores.