¿DATOS OCULTOS EN LOS INFORMES DE SEGURIDAD?
PERSPECTIVA
Por Marcos Pineda Godoy
Miércoles 29 de enero de 2025
Los propios datos públicos ofrecidos por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública dan pie a la reflexión, la duda y hasta la sospecha sobre si las presuntas mejoras o reducciones en la incidencia delictiva son reales o artificial y estadísticamente manipuladas.
Pongamos ejemplos concretos. Si revisamos el conteo de homicidios dolosos, a lo largo del 2024, la cifra total es de 25,469 casos a nivel nacional, siendo el mes de mayo en que más fueron registrados, todavía durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, con 2,284, y diciembre, el menor, con 1,882, ya en el tercer mes de gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo.
La presidenta y su equipo presumieron en estos días la disminución de este delito en un 27%, desde el inicio de la administración anterior. Pero, hay unos datos de los cuales no han hablado: los correspondientes a las desapariciones forzadas, contabilizadas aparte en el renglón 2.4, perteneciente a los delitos contra la libertad personal.
En 2019, primer año completo del mandato de López Obrador, se registraron 20,608 delitos contra la libertad, como las desapariciones forzadas, puestas en el mismo cajón -no sabemos bajo qué argumento- junto con otro tipo de delitos como el del auto secuestro o la intimidación a las víctimas. En el 2024, esta cantidad subió a 26,001. O sea, un incremento de alrededor del 30%.
Primero, para tener total claridad habría que separar los delitos específicamente de desaparición forzada de los demás, porque eso ya nos hace al menos dudar del para qué los colocan en la misma canasta. Segundo, evidentemente, uno se pregunta si las desapariciones forzadas no son en realidad homicidios dolosos, pero, al no haber cadáver a sumar en la cuenta, queda el dato velado entre otros delitos relacionados con la privación ilegal de la libertad.
Aunque, queda muy claro, en una medida parecida han disminuido los registros de homicidios dolosos, no obstante, se han incrementado los de las desapariciones forzadas. Entonces, ¿cuáles son esos buenos resultados presentados en las mañaneras?
Con respecto a los datos correspondientes al estado de Morelos, sucede algo muy similar. Mientras en el 2024 aparece el dato en el informe oficial de 1,324 homicidios dolosos, las desapariciones forzadas, en conjunto con otros delitos contra la libertad personal, ascienden a 198, con las diferencias de que, en 2019, primer año de gobierno de Cuauhtémoc Blanco, fueron 911 homicidios dolosos y 543 delitos contra la libertad personal, incluidas las desapariciones.
¿Y esto qué significa? Pues que en Morelos disminuyeron tan notablemente las desapariciones forzadas como se incrementaron los homicidios dolosos. Y si a eso sumamos los resultados de las recientes encuestas del INEGI, no resulta difícil intuir o inferir que estos números se reflejan fielmente en la elevada percepción de inseguridad entre los ciudadanos mexicanos y los morelenses.
Daremos seguimiento a las presentaciones alegres sobre los avances en materia de seguridad, pues el estudio de las cifras oficiales y su comparación con las estadísticas nos dejan más dudas que certezas.
Y para iniciados:
La actividad pública de los múltiples grupos de abogados va a incrementarse en los siguientes días y hasta las elecciones de jueces, magistrados y ministros. Será una forma de hacer campaña electoral velada, tratando de no ser sancionados por actos anticipados. Mire usted, ayer cinco de ellos dijeron representar a más de una treintena de asociaciones, unas de abogados reconocidos y otras de puro leguleyo. Hasta se echaron la puntada, en voz de Ricardo Popoca González, de que están pensando en presentar una solicitud de juicio político contra Jorge Gamboa Olea, pero todavía no saben bajo qué causales ni en qué la fundamentarían. Lo que son las ansias de ganar reflectores, ¿verdad?
La información es PODER!!!