CUANDO EL DESTINO NOS ALCANCE
OPINIÓN
Por Jorge Messeguer Guillén
Miércoles 29 de enero de 2025
Los trabajadores de origen mexicano sostienen buena parte de la economía norteamericana.
Trump no lo quiere ver así.
En apenas ocho días del gobierno populista, expansionista, supremacista y racista de Trump, las redadas contra migrantes detienen a 31 indocumentados por hora e incrementando.
Tal y como lo advirtió en su mensaje de toma de protesta, va contra de esos trabajadores inmigrantes que él califica como peligrosos delincuentes, no lo son.
Una vez detenidos los suben a un avión del ejército, atados de manos y de pies, y los envían de regreso a sus países de origen, como delincuentes.
En estos primeros ocho días han llegado a México más de cuatro mil migrantes; dice el gobierno federal que está dentro del promedio, sin embargo, esto apenas empieza.
El presidente Petro de Colombia quiso ponerse al brinco y no permitir la llegada de los aviones cargados de migrantes; lo aplacaron en cuestión de horas con sendas amenazas y acciones que impactan la economía del país. Lo único que Petro logró fue reforzar la narrativa de Trump, además del ridículo, penosamente.
En la toma de protesta de Trump, vimos a los hombres más ricos del planeta arropar muy de cerca al nuevo presidente. Aplaudir cada frase amenazante que salía de su boquita, moviendo su copete rubio; contrastando con la mirada seria y hasta incrédula del expresidente Biden, al lado de Kamala Harris, Clinton y hasta la risa burlona de Hilary Clinton cuando escuchó que Trump le cambiaría el nombre al golfo de México. Ya lo hizo.
El hombre más rico del mundo, Elon Musk, siguió festejando el arribo de su amigo a la presidencia de los EUA; en un evento posterior a la toma de protesta se le vio saludando al público con el brazo derecho extendido hacia el frente, como lo hacían los nazis con Hitler.
El dueño de la red X y de Tesla, el hombre más rico del planeta estaba extasiado, feliz, apoyando y aplaudiendo la política en contra de los más pobres, que paradoja; migrantes que dejaron sus países por hambre y se fueron a buscar una oportunidad a Norteamérica.
Así es este mundo: los más ricos contra los más pobres, como un videojuego.
Elon Musk y Trump están ocupados con llevar al hombre a Marte, pero ignoran el cambio climático, incentivan los combustibles fósiles como el gas y el petróleo y terminan con el Nuevo Acuerdo Verde. A la mierda el planeta.
La frontera Sur de los EUA fue declarada zona de emergencia nacional, es decir, México es un peligro según el pensamiento supremacista y racista de Trump y sus aliados billonarios.
En su discurso Trump dijo que EUA “será respetado y admirado de nuevo”, que “las fuerzas armadas están para derrotar a los enemigos de su país”, y “la ambición es la sangre de nuestra nación”. Con esta filosofía se prepara para apropiarse de Groenlandia, recuperar a la mala el canal de Panamá, hacer operativos en territorio mexicano contra los cárteles y quizá intente doblar a Canadá con la amenaza de anexarla como un estado de la unión americana. Semejante tontería.
Cuesta creer que a estas alturas de la historia de la humanidad exista un personaje como Trump y que haya gente que lo respalde por ignorancia, frustración o simplemente estupidez.
El cambio climático llegó para quedarse, los desastres no ven raza ni color de piel y van en aumento. Poderosos huracanes, sequías mortales, incendios arrasadores, hambruna, muerte.
El planeta está enfermo y estos imbéciles piensan en dominar y someter al mundo, joder a los más pobres e ir a Marte.
Cuando el destino nos alcance comeremos “Soylent” rojo y amarillo.