RECONOCIMIENTOS AL RÉGIMEN Y LAS CULPAS AL INE
PERSPECTIVA
Por Marcos Pineda Godoy
Jueves 08 de mayo de 2025
Las elecciones judiciales, a celebrarse el próximo primero de junio, cada vez se complican más. Tal pareciera que los vacíos legales se entremezclan con las contradicciones de su confección, dando como resultado un complejo y poco entendible proceso electoral.
La legitimidad de los siguientes juzgadores se encuentra en riesgo, pues, aunque hayan sido electos conforme a las normas vigentes, los señalamientos sobre la baja participación ciudadana, el desaseo del proceso electoral y la carencia de idoneidad de las y los electos, serán lastres incontrarrestables.
A los cuestionamientos sobre la iniciativa presentada en febrero del año pasado y aprobada tras conseguir los tres votos faltantes al oficialismo, haciendo uso de una maniobra política sin calidad moral, pero con efectividad parlamentaria, tal cual, a inicios de esta Legislatura, se sumaron los previsibles problemas operativos y presupuestales.
En esta primera ocasión, se tratará de elegir a 881 cargos, integrantes del Poder Judicial Federal. Más del doble de los que estuvieron en juego por votación directa en las elecciones federales del año pasado, pero sólo con la mitad de las casillas, dispuestas para los electores.
La elaboración de las boletas fue difícil. Pero lo es todavía más la explicación de cómo entenderlas y ejercer el derecho al voto. Y si todo lo anterior no fuera suficiente para generar una reflexión seria, ahora debe sumarse el reconocimiento, por parte del propio Senado de la República, de las fallas en el proceso de selección de quienes se decían cumplir con los requisitos establecidos.
Al menos 26 candidaturas han sido impugnadas por el propio Senado, sí, quienes al principio los dieron por aprobados, habiendo fallado al no darse cuenta a tiempo de que o bien ni siquiera contaban esas y esos aspirantes con un promedio mínimo de ocho, tenían algún tipo de lazo con el crimen organizado o habían sido sentenciados por la comisión de algún delito doloso.
Como no están dispuestos más que a reconocer que han estado aprendiendo en la práctica, todas las culpas se están direccionando hacia las autoridades electorales. Ya lo verá. Lo que resulte bien será presumido como resultado de la vocación democrática del régimen. Y lo que no, como responsabilidad del INE. Y será argumento para ahora sí presentar la reforma electoral, que completará el diseño de instituciones a modo rumbo a la consolidación del nuevo poder hegemónico.
Y PARA INICIADOS:
Las especulaciones sobre la falta de votos necesarios, en la primera ronda, para la elección de un nuevo papa están a la orden del día. La verdad es que nadie, salvo los cardenales que están dentro del cónclave, sabe lo que está ocurriendo. Es posible aventurar algunas elucubraciones, pero hasta ahí. De entre ellas, me parece la más cercana a la realidad la falta de consenso sobre la persona, pero no sobre el proyecto, basándonos en los planteamientos de los cardenales, previos al inicio del proceso electoral. En su mayoría, apuestan por dar continuidad a las políticas de Francisco. Sin embargo, y como al momento de escribir estas líneas no hay resultados todavía de la siguiente ronda de votación, eso solamente lo sabremos cuando haya humo blanco y sepamos el nombre del nuevo pontífice.
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