UN PASO HACIA LA JUSTICIA QUE ESCUCHA
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Jueves 8 de mayo de 2025
La inauguración de la Unidad de Atención Temprana (UAT) en Cuernavaca por la gobernadora Margarita González Saravia y el fiscal Edgar Maldonado no es solo la apertura de un edificio; es un mensaje claro: la justicia en Morelos quiere ser más humana y cercana.
Con capacidad para atender a 10 mil personas al año, esta unidad promete ser un faro de empatía en un sistema de procuración y administración de justicia que, históricamente, ha sido visto como frío y distante. Pero, ¿será suficiente una nueva infraestructura para cambiar la percepción de una ciudadanía que lleva años lidiando con trámites engorrosos y respuestas tardías? La intención es sólida, y el énfasis en la atención inmediata y la resolución pacífica de conflictos suena esperanzador, pero el éxito dependerá de cómo se traduzca en la experiencia diaria de las víctimas.
La UAT se presenta como un espacio innovador, gestionando más de tres mil actas especiales o de extravío al año y promoviendo la mediación a través del Centro de Justicia Alternativa. La idea de resolver conflictos penales mediante el diálogo es refrescante en un estado donde la confrontación ha sido la norma.
Sin embargo, este enfoque requiere no solo personal capacitado, sino una ciudadanía dispuesta a confiar en estas alternativas. En un contexto donde la desconfianza hacia las instituciones es casi un reflejo, convencer a las víctimas de que la conciliación es una vía efectiva será un desafío. Si la UAT logra que la mediación sea vista como justicia y no como un atajo, podría sentar un precedente valioso.
El convenio firmado entre la gobernadora y la Fiscalía es, quizás, el punto más estratégico de esta jornada. No solo refuerza la coordinación para prevenir el delito y profesionalizar a las instituciones, sino que aborda un problema práctico: la falta de radios para la Agencia de Investigación Criminal, un rezago de siete años que ponía en riesgo a los elementos en operativos. Este detalle, aunque técnico, revela el tipo de descuidos que han debilitado la seguridad en Morelos. Que ahora se permita el uso de las antenas de la Secretaría de Seguridad es una corrección pragmática, pero también simbólica: el gobierno y la Fiscalía están, al menos en el discurso, decididos a trabajar juntos. La pregunta es si esta coordinación sobrevivirá las tensiones políticas que suelen fracturar estas alianzas.
Margarita González Saravia habló de dignificar las instituciones, y Maldonado de poner a las víctimas en el centro. Son palabras que resuenan bien, pero que solo tendrán peso si se sostienen con resultados. La presencia de legisladores, funcionarios y sociedad civil en la inauguración sugiere un respaldo amplio, pero también una expectativa alta.
Morelos necesita desesperadamente una justicia que no solo castigue, sino que construya paz y confianza. La UAT y este convenio son un primer paso, pero el camino es largo. Si esta “nueva era” logra que los ciudadanos sientan que sus denuncias importan y que la justicia está de su lado, entonces estaremos ante un cambio real. Por ahora, queda esperar y, sobre todo, vigilar. Una observación final: Edgar Maldonado Ceballos lidera una etapa histórica de renovación en la Fiscalía, pésele a quien le pese.