Celular al volante: la multa que nadie paga en Cuernavaca
Aunque el Reglamento de Tránsito establece una sanción de entre 566 y 679 pesos por conducir manipulando el teléfono celular, la realidad en las calles es otra: cientos de automovilistas particulares y, lo que resulta aún más grave, operadores del transporte público circulan diariamente con el dispositivo pegado a la oreja o entre las manos, texteando o revisando redes sociales, sin que la mayoría reciba siquiera una infracción.
Conductores de rutas urbanas, taxis y hasta autobuses foráneos son vistos con frecuencia hablando por celular en avenidas como Plan de Ayala, Río Mayo, Emiliano Zapata o la propia Autopista del Sol, poniendo en peligro la vida de sus pasajeros y del resto de los usuarios de la vía.
La Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal reconoce que la falta de personal y de operativos específicos dificulta la aplicación efectiva de la norma.
En 2024, a pesar de que esta infracción es una de las más recurrentes, la recaudación por este concepto apenas superó los 384 mil pesos, lo que evidencia que la gran mayoría de los infractores sigue circulando con total impunidad.
Mientras tanto, quienes sí respetan la regla se ven obligados a convivir con conductores distraídos que frenan de golpe, cambian de carril sin precaución o invaden cruceros por estar pendientes de la pantalla en lugar del camino.
Autoridades municipales insisten en que “el uso del manos libres es la única forma permitida”, pero sin mayor vigilancia ni sanciones ejemplares, el mensaje queda en el aire y el riesgo en las calles.
