GOBERNAMOS HOMBRES, NO ÁNGELES: DON LAURO
ANÁLISIS
Por Guillermo Cinta Flores
Jueves 3 de octubre de 2024
Muchas veces le escuché decir al doctor Lauro Ortega Martínez, siendo gobernador de Morelos en el sexenio 1982-1988, “gobernamos hombres, no ángeles”. Y enseguida expresaba: “Debemos tener resistencia política”.
Efectivamente: don Lauro demostró gran capacidad para soportar los embates de quienes fueron sus adversarios (pocos realmente) en aquellos tiempos, así como pericia para sumarlos a los proyectos gubernamentales. Empero, ha sido uno de los mandatarios estatales con probado peso específico ante el gobierno federal. Siempre tuvo el apuntalamiento, primero de José López Portillo y después de Miguel de la Madrid Hurtado. Tal condición le servía para mantenerse firme en las decisiones asumidas durante todo el mandato.
¿Qué es la resistencia política y cómo se demuestra? Esta pregunta cobra hoy en día singular importancia, sobre todo en torno a la figura de Margarita González Saravia, nueva gobernadora de Morelos, quien indudablemente enfrentará la acción de grupos de presión, aunque cabe subrayar que ella tiene vínculos con propios y extraños, siendo esto una fortaleza para resolver ciertas crisis, aún antes de que se presenten o estallen.
La resistencia en política se refiere a la capacidad de mantenerse firmes ante las adversidades, presiones y desafíos que enfrentan los líderes y actores políticos. Esto implica no solo sobrellevar situaciones difíciles, sino también sostener convicciones, principios y proyectos a largo plazo, incluso cuando enfrentan oposición interna y externa.
Elementos clave de la resistencia en política:
Principios sólidos: Un político resistente debe tener una base clara de principios y valores. Esto significa mantenerse fiel a sus ideales, aun cuando sea más fácil o conveniente ceder ante presiones externas.
Capacidad para enfrentar adversidades: Los políticos enfrentan diversas formas de oposición, como críticas públicas, conflictos internos en su partido o gobierno, e incluso crisis personales. La resistencia implica seguir adelante sin desviarse a pesar de estos obstáculos.
Paciencia y visión a largo plazo: La resistencia en política también se manifiesta en la paciencia para esperar resultados a largo plazo. No siempre se logran cambios inmediatos, pero la capacidad de mantenerse en curso, adaptándose cuando es necesario sin traicionar los objetivos finales, es fundamental.
Resistencia a la corrupción y tentaciones: Un político resistente es aquel que puede mantenerse firme ante las tentaciones de corrupción, abuso de poder o la adopción de medidas populistas que no sean sostenibles.
Capacidad de movilización y estrategia: Un líder político que sabe resistir también debe ser capaz de movilizar apoyo, tanto dentro de su propio equipo como en el público general, para fortalecer su posición. Además, la resistencia incluye el uso de estrategias adecuadas para superar los desafíos y encontrar soluciones a los problemas.
Cómo se demuestra la resistencia en política:
Consistencia en el mensaje y las acciones: Un político demuestra resistencia cuando, a lo largo del tiempo, sus acciones coinciden con sus promesas y declaraciones públicas, mostrando coherencia en su discurso.
Adaptación sin renunciar a los principios: La resistencia no significa ser rígido, sino poder adaptarse a nuevas circunstancias sin comprometer los principios fundamentales.
Superación de crisis: Enfrentar y superar crisis, ya sea de índole económica, política o social, es una señal clara de resistencia. La capacidad de reponerse después de una derrota electoral o un escándalo es un indicador de fortaleza.
Liderazgo en momentos de incertidumbre: En tiempos de crisis, los políticos que muestran resistencia son aquellos que inspiran confianza y tranquilidad, guiando a sus seguidores con claridad y determinación.
Un ejemplo reciente de resistencia en política podría ser el caso de líderes que, a pesar de la presión de las élites o poderes fácticos, logran implementar reformas estructurales en beneficio de la sociedad, incluso cuando esto les cuesta popularidad o genera conflictos.